Mumbai, inaugurada la primera ‘Casa de la Misericordia’ del Pime (Foto)

El nuevo centro es un “Monumento de misericordia”, en respuesta al pedido del Papa Francisco durante el Jubileo extraordinario de 2016. Este surge en Taloja, donde el Instituto dirige un dispensario para leprosos desde 1984. Será un centro de cultura y diálogo interreligioso, intercambio de ideas y acogida de marginados. El objetivo es poner en contacto a los enfermos con los sanos para derrotar el tabú de la lepra y el ostracismo contra los dalit.

 


Taloja (AsiaNews) – Un lugar de actividades y de encuentro para “el diálogo interreligioso, el intercambio de ideas sobre una plataforma común, el servicio a los enfermos, la acogida de los voluntarios internacionales. Y – ¿por qué no? – quizás en el futuro, también una casa regional del PIME”. Es todo lo que se propone ser la primera “Casa de la misericordia” del PIME, inaugurada el pasado 9 de febrero en Taloja, a pocos km de Mumbai. El centro, explica a AsiaNews el p. Rayarala Vijay Kumar, superior regional del Pontificio Instituto Misiones Extranjeras en India, “será el lugar en el cual el PIME podrá organizar y coordinar muchas otras obras en favor de los últimos y de los más pobres de la sociedad. Aquí queremos mostrar el rostro misericordioso del Padre que es bueno y generoso con todos, prescindiendo del credo y de la casta”.

La nueva estructura es un construcción de dos pisos, compuesta por 24 habitaciones dobles (para 48 huéspedes en total) y un gran salón en la planta baja. La ceremonia de inauguración y bendición se realizó con la presencia de casi 500 personas, entre las cuales muchos amigos, voluntarios y dependientes. La misa fue presidida por el p. Ferruccio Brambillasca, superior general del PIME, que recordó como el nuevo centro nazca “como respuesta a la invitación del Papa Francisco que en 2016, durante el Jubileo extraordinario de la Misericordia, pidió a todos los cristianos dar vida a Monumentos de misericordia”.

Junto al superior, también estaba el p. Carlos Torriani, misionero italiano, que aquí es una especie de institución entre la gente del pueblo. Misionero en India ya desde 1969, hoy está “jubilado, pero no deja de viajar yendo y viniendo de Italia para continuar sirviendo a sus indios. El fue uno de los primeros en darse cuenta de la urgencia de curar a la población enferma de lepra y asistir a los más necesitados. De sus esfuerzos nacieron la “Lok Seva Sangam” (LSS, Sociedad para el servicio del pueblo), una asociación que trabaja en las favelas de la metrópolis y hoy está dirigida por los laicos indios, el  “Swarga Dwar” (Puerta del cielo), un dispensario para los leprosos y la capilla-ashram  “Shanthi Sangam”, una sala interreligiosa para el retiro y la oración.

Ahora, cuenta el p. Torriani: “Está también este nuevo centro. Se encuentra en el mismo complejo del Swarga Dwar. Hemos querido esto, a propósito que fuese así, para permitir un contacto más directo con los enfermos”. Justamente por esto, interviene el p. Rayarala, “en la nueva estructura falta la cocina. Los enfermos y los sanos comerán juntos en el refectorio del leprosario. Lo mismo valdrá para la jerarquías eclesiásticas que vendrán aquí y a todos los huéspedes que acogeremos, también para el superior regional: si se debiese decidir transferir aquí la sede, él no será sólo un manager del PIME, sino un manager que vive en medio de la realidad”.

Esta especie de convivencia forzada, explica el sacerdote, “quiere ofrecer la ocasión perfecta para compartir realmente nuestra vida con los enfermos, no sólo a palabras, sino en los hechos. Será un lugar de oración y hospitalidad para aquellas personas que están en la búsqueda de la verdad y quieren ofrecer su propio tiempo, trabajo y energías a los sectores más marginados de la sociedad. Aquí no habrá una oración abstracta, sino un compartir real de la cotidianidad”.

La Pime Mercy Home “quiere ser un puente” entre las religiones y para hacer conocer las condiciones de vida de los leprosos y abatir al mismo tiempo la desconfianza que rodea a los enfermos del morbo de Hansen. “Quien viene de afuera no conoce esta realidad. Queremos suscitar en ellos preguntas. Muchos creen que los enfermos sean contagiosos y se maravillan que comamos junto con ellos”. Al mismo tiempo, evidencia, “quien nos ve, comprende que no estamos trabajando para hacer proselitismo y convertir a la gente, sino por humanidad”. El Swarga Dwar es un símbolo de la religión cristiana que, como toda religión, promover la paz”. Por último, el p. Torriani subraya: “Si se tiene la posibilidad de ver y tocar con las manos el sufrimiento, se inicia a comprender más también sobre el dolor de la segregación y la marginación. Y esto es muy importante en India para superar la división de las castas. Esperamos que la gente iniciará a imitarnos. Podremos ser la gota silenciosa que excava la roca”.