Sacerdote: Sirisena, budista, debería estar contra la pena de muerte
de Melani Manel Perera

El p. Reid Shelton Fernando: “Inútil reintroducir la pena capital, odio genera odio”. El gobierno anuló una moratoria en vigor desde hace 43 años. La decisión maduró después de un encuentro con su homólogo filipino, Rodrigo Duterte. Una religiosa propone penas alternativas al ahorcamiento.

 


Colombo (AsiaNews)- El presidente de Sri Lanka, Maithripala Sirisena, “debería ser un ferviente budista, sin embargo parece no haber entendido el mensaje de Buda”: lo declara el p. Reid Shelton Fernando (Foto 1), conocido activista por los derechos humanos y experto de fenómenos sociopolíticos. El sacerdote, ya capellán del Movimiento de los Jóvenes trabajadores cristianos, comenta con AsiaNews la decisión del jefe de Estado de reiniciar las ejecuciones capitales.

El pasado 31 de enero, Sirisena anunció que su gobierno anuló una moratoria en vigor desde hace 43 años. Mientras que los funcionarios ya están trabajando en la búsqueda de dos verdugos, los primeros en arriesgar la muerte son los vendedores y traficantes de droga detenidos en las cárceles de la isla. La elección del presidente, por su misma admisión, maduró después del encuentro con su homólogo filipino, Rodrigo Duterte. Éste es el promotor de una feroz guerra a la droga, que en Filipinas hasta ahora causó más de 5 mil muertes oficiales (pero para los activistas la víctimas son más de 12 mil).

“El odio genera odio y la reintroducción de la pena de muerte no detendrá el comercio de droga”, afirma el p. Frenando. “De este modo no se creará una sociedad justa. Es triste constatar que los líderes de muchas denominaciones religiosas parecen apoyar su decisión. Quizás, éstos no estén a la altura de sus fundadores en el resolver esta crisis”.

También sor Jesmin Fernando (Foto 2), superiora provincial de la Holy Family Association, manifiesta su desacuerdo por la anunciada restauración de la pena capital. “No estoy de acuerdo”, declara la religiosa. “Cada vida tiene un valor en sí, existe siempre la posibilidad de volver atrás e iniciar una nueva vida. Seguramente debe haber algún modo para castigar a las personas involucradas en el tráfico y en los comercios de la droga. Según yo, este podría ser la detención en régimen de aislamiento y bajo estrecha custodia por un determinado período de tiempo. Además, las propiedades o el dinero ganado por los detenidos en sus actividades ilícitas podrían ser utilizados para su rehabilitación. En concreto, ellos deberían admitir públicamente que sus acciones fueron equivocadas al igual que las de las personas que estaban detrás de ellos.