Mons. Cui Tai dice a AsiaNews: Las actividades “carismáticas” del P. Zhangli son desviadas y no siguen las indicaciones de los obispos. Su concepto de “unidad” no coincide con el de la Santa Sede. El sacerdote quiere que la comunidad subterránea sea eliminada, haciendo que se vuelque a la Iglesia oficial.
Roma (AsiaNews) – Un sacerdote de la diócesis de Xuanhua (Hebei) fue suspendido del ministerio tras haberse pasado de la Iglesia subterránea a aquella oficial. Acusó a su obispo (subterráneo) de faltar al seguimiento del acuerdo sino-vaticano e instó al gobierno local a arrestarlo. Además, formó un grupo que impulsa a todos los fieles a desconocer al obispo y a pasarse en bloque a la comunidad reconocida por el gobierno. También se sospecha que el sacerdote se vale de supersticiones y elementos milagrosos para obtener la adhesión de la gente a una comunidad de “renovación carismática”.
El Pbro. Francisco Zhangli, de 60 años, y 30 años de sacerdote a sus espaldas, en el pasado hizo un buen trabajo como evangelizador en la diócesis de Xuanhua, regida por el obispo coadjutor Mons. Agustín Cui Tai (v. foto 1). La diócesis fue fundada por la Santa Sede y funciona desde 1946, pero en 1980, el gobierno constituyó la diócesis oficial de Zhangjiakou, uniendo a ella las de Xuanhua y Xiwanzi. La diócesis de Zhangjiakou no cuenta con el reconocimiento de la Santa Sede.
Sus colegas sacerdotes cuentan que desde el año pasado, el Padre Zhangli se mostró interesado en pasar a la Iglesia oficial, y que ingresó a la diócesis de Zhangjiakou sin el permiso de su obispo. Después de la firma del acuerdo sino-vaticano en septiembre del año pasado, él de alineó abiertamente contra Mons. Cui Tai, acusándolo de “no seguir las indicaciones del Papa” que –según él- quiere “una Iglesia unida y oficial”. También formó un grupo de aproximadamente 100 personas, que incluye sacerdotes, que impulsan a todos los fieles de Xuanhua a no reconocer la autoridad de Mons. Cui Tai.
Ante la confusión y la tristeza que todo esto ha provocado en los fieles, el vicario general intervino y el 23 de diciembre pasado, tras haber “recurrido a la autoridad competente de la Santa Sede”, difundió un decreto de interdicción, con el cual se prohíbe al P. Zhangli ejercer el ministerio y recibir sacramento alguno.
Frente a ello, como toda respuesta, el P. Zhangli amenazó con recurrir a la autoridad de gobierno y hacer arrestar a cualquiera que pretendiese ponerle freno. Pocos días después de su suspensión, el obispo fue llevado por la policía durante 15 días. Según testimonios locales, el gobierno estaría a favor de hacer que todos los fieles se vuelquen a la diócesis oficial y de empujar a Mons. Cui Tai a levantar la interdicción que pesa sobre el P. Zhangli.
El 3 de marzo pasado, Mons. Cui Tai reconfirmó la suspensión del sacerdote. Él explicó a AsiaNews que la dolorosa medida fue tomada “ante todo, porque las actividades “carismáticas” del Padre Zhang están desviadas; colabora con un pastor protestante de una manera que no es del todo clara, exagera los efectos milagrosos [de la oración] e inventa milagros. Por ello, los obispos de la zona han prohibido en el pasado esta manera de obrar, pero él no ha seguido las instrucciones de los obispos”.
En segundo lugar, “él propaga un concepto de ‘unidad’ ciñéndose a la diócesis de Zhangjiakou, [diócesis] que la Santa Sede no reconoce. Él divide a la Iglesia y no reconoce la diócesis de Xuanhua, ni al obispo de Xuanhua”.
En este sentido, el mismísimo P. Zhangli publicita que él fue elegido por el gobierno como “vicario” de la diócesis de Zhangjiakou y que se le abona un salario de 7.000 yuanes por mes [cerca de 927 euros].
Junto a él, algunos sacerdotes de Zhangjiakou también están anunciando que después del acuerdo sino-vaticano, todos los católicos deben pasar a la comunidad oficial e inscribirse en la Asociación Patriótica, y empujar a los fieles de Xuanhua a no reconocer al obispo, que es rotulado como “ilegal”.
Mons. Cui Tai ha sido sometido a continuos arrestos domiciliarios o enviado a campos de trabajo forzado por su obra de evangelización, no reconocida por el gobierno. Salió en su apoyo el Card. Joseph Zen, quien pidió su liberación y la garantía de libertad religiosa (ver foto 2). Para Mons. Cui Tai, los católicos deben ser “buenos ciudadanos” y sostener el desarrollo de la nación. Pero él exige una libertad religiosa de verdad, y la no pertenencia a la Asociación Patriótica, que pretende construir una Iglesia “independiente” (de la Santa Sede).