Los jugadores de la selección nacional de Bangladés llegaron al lugar del atentado cinco minutos después de los disparos. El match que estaba previsto para mañana fue cancelado. El atacante es un hombre australiano “blanco, de extrema derecha y terrorista”. La aversión contra los migrantes podría ser el móvil que dio lugar a la masacre.
Daca (AsiaNews) – Es de al menos 40 muertos y más de veinte heridos, el saldo de los atentados contra dos mezquitas, ocurridos en la ciudad de Christchurch, Nueva Zelanda, mientras se desarrollaba la oración del día viernes. Por pura coincidencia, se salvó el equipo de críquet de Bangladés, que mañana debía disputar un match contra la selección nacional neozelandesa.
En tanto, la partida de críquet fue cancelada y la selección nacional de Bangladés se encuentra a salvo en un hotel. El presidente del equipo hizo saber que el pulman que trasladaba a los jugadores llegó a las inmediaciones de una de las mezquitas atacadas apenas cinco minutos después de los disparos. El jugador Tamim Iqbal escribió en su perfil de Twitter: “De haber llegado cinco minutos antes, ¡nosotros también estaríamos entre las víctimas!” En las redes sociales, los hinchas y fans están escribiendo mensajes para dar aliento a los jugadores y ruegan para que los Tigres bengalíes puedan estar seguros”.
El mundo islámico expresó consternación por el atentado contra las mezquitas, que fue difundido en directo a través de Facebook. Por ello, las autoridades en las últimas horas han pedido no difundir más el vídeo, en señal de respeto por las familias de las víctimas.
Según las primeras reconstrucciones de la masacre, un hombre blanco, vestido con uniforme militar y armado con un fusil, abrió fuego contra los fieles, que estaban reunidos en oración, alrededor de las 13:30 del día de hoy, en la mezquita de Masjid Al Noor. El segundo atentado se produjo, en cambio, en la mezquita situada en el vecindario de Linwood, pero de momento no se tienen mayores informaciones. Entre las víctimas habría mujeres y niños.
El tiroteo dejó a la población en estado de shock, que por primera vez se ve marcada por el terrorismo de matriz racista. El tema de la aversión hacia los numerosos migrantes presentes en la pequeña ciudad también fue retomado por la premier neozelandesa Jacinda Ardern, que barajó la hipótesis de un “sentimiento contra los migrantes, como posible motivo” del ataque. Luego, agregó: “Si bien las personas atacadas en el tiroteo son migrantes o refugiados, lo cierto es que ellos han elegido Nueva Zelanda como su hogar. Son parte de esta comunidad. Quien ha cometido este acto de violencia, no lo es”.
El primer ministro australiano Scott hizo saber que el atacante es un ciudadano australiano, “un terrorista extremista, de extrema derecha, violento”. El ministro de Relaciones Exteriores informa además que en la ciudad de Christchurch viven 331 indonesios, y que 134 de ellos son estudiantes.