Punjab, profesor asesinado por “blasfemia”: organizaba una fiesta para hombres y mujeres
de Shafique Khokhar

El docente estaba a cargo del departamento de inglés del Sadiq Egerton College de Bahawalpur. El asesino es un alumno de tercer año, un joven radicalizado. No mostró arrepentimiento por su gesto. Activista: “No hay duda de que Pakistán ha alimentado el peor tipo de mentalidad”.


Bahawalpur (AsiaNews) – Un profesor pakistaní fue acuchillado a muerte por un estudiante que se oponía a una fiesta de bienvenida organizada por el docente: en efecto, la fiesta era abierta a todos los flamantes inscriptos, hombres y mujeres, y pretendía ser un momento de encuentro en el primer año de escuela. Sin embargo, para Khateeb Hussain, el joven asesino, la fiesta era “contraria al islam”. Por ello, ayer, armado con un cuchillo, abordó al profesor cuando se encontraba en su despacho y lo atacó a muerte, acusándolo de blasfemia.

Khalid Hameed, la víctima, era docente de inglés. Su asesino asistía al tercer año del Sadiq Egerton College de Bahawalpur, en la provincia del Punjab. Según los investigadores, el chico es un estudiante radicalizado y no habría manifestado arrepentimiento alguno por el gesto que llevó a cabo. De hecho, cree firmemente que el asesinato del docente es el castigo que ameritan aquellos que organizan eventos contrarios a los preceptos del islam.

Activistas y defensores de los derechos humanos condenan enérgicamente el brutal homicidio y exigen un Pakistán libre de terrorismo y de ideas fundamentalistas. En diálogo con AsiaNews, Samson Salamat, presidente del Rwadari Tehreek (Movimiento inter-religioso por la tolerancia), condena la “influencia y la presencia de elementos extremistas, que hacen un lavado de cerebro en los estudiantes y usan a los jóvenes para [cometer actos de] violencia. Este incidente da una imagen clara del nivel de radicalización al que se ha llegado en los campus y en las escuelas”.

Según el activista, “ha llegado la hora de que Pakistán abra los ojos y proscriba los grupos terroristas. Si la sociedad no se des-radicaliza, habrá más lágrimas y dolor. Sin duda, tampoco ayuda el hecho de que se elogie cual héroes a los asesinos de Salman Taseer [el ex gobernador de Punjab, asesinado por haber defendido a Asia Bibi, ndr] y Mashal Khan [el estudiante de periodismo linchado a muerte por sus compañeros, por falsas acusaciones de blasfemia, ndr]”.

Kakkazai Aamir, escritor y bloguero, agrega: “Es triste ver que Pakistán se está volviendo cada vez más intolerante a nivel religioso, pero nadie toma seriamente esta situación, y tampoco se hace nada para disminuir la polarización de nuestra sociedad.  La realidad pakistaní se está volviendo cada vez más minusválida en manos de unos pocos extremistas religiosos. Tenemos que encerrar el terrorismo dentro de una botella y arrojarla a las aguas del mar. De lo contrario, el país se vendrá abajo. Tenemos que revisar todo el sistema educativo”.

Según Ishtiaq Ahmed, profesor emérito de la Universidad de Estocolmo, “Pakistán se ha ganado una indeseable reputación de Estado terrorista, lo cual es una exageración. Sin embargo, no hay duda de que esto ha alimentado el peor tipo de mentalidad. No hay ninguna diferencia entre Khateeb Hussain y Tarrant Brenton, el hombre que abrió fuego contra los fieles que rezaban en las mezquitas de Nueva Zelanda”.