Papa en Marruecos: progreso es también dejarse conmover por quien llama a la puerta

Un encuentro con los migrantes concluyó la primera jornada de Francisco en Marruecos. Hacia quien está obligado a dejar su tierra hay que aplicar los principios expresados en los verbos: acoger, proteger, promover e integrar”.

 


Rabat (AsiaNews) – Frente a quien emigra “está en juego el rostro que queremos darnos como sociedad y el valor de cada vida”, porque “el progreso de nuestros pueblos no se pueden medir sólo por el progreso tecnológico o económico. Eso depende sobre todo de la capacidad de dejarse ser movido y conmover por quien golpea a la puerta”. La atención de la Iglesia hacia los migrantes fue reafirmada por el Papa Francisco que quiso dedicar su última cita de la primer jornada de su viaje a Marruecos.

En la sede de Caritas diocesana de Rabat, Francisco se encontró con un centenar de migrantes. Entre ellos también 5 niños vestidos con coloridos trajes tradicionales que han bailado una danza típica que divirtió mucho a Francisco.

En las palabras que dirigió a los migrantes, el Papa partió del recuerdo de la Conferencia que recientemente en Marrakech ratificó la adopción del Pacto mundial por una migración segura, ordenada y regular y que “constituye un importante paso adelante para la comunidad internacional que, en el ámbito de las Naciones Unidas, afrenta por primera vez a nivel multilateral el tema en un documento de relieve”. “Este pacto permite reconocer y tomar conciencia que “no se trata sólo de migrantes” (cfr. “Tema de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2019”), como si sus vidas fuesen una realidad extraña o matginal, que no tenga nada que ver con el resto de la sociedad. Como si su calidad de personas con derechos quedase ‘suspendida’ a causa de su situación actual; “efectivamente un migrante no es más humano o menos humano en función de su ubicación en una parte u otra de la frontera”.

Francisco después reafirmó que en relación con quien está obligado a dejar su tierra hay que aplicar los principios expresados en los verbos: “acoger, proteger, promover e integrar”.

Acoger significa ante todo ofrecer a migrantes y refugiados posibilidades más amplias de ingreso seguro y legal a los países de destinación. Esto “es necesario para no conceder nuevos espacios a los “mercaderes de carne humana” que especulan sobre los sueños y sobre las necesidades de los migrantes. Hasta que este compromiso no se realice plenamente, se deberá afrontar la urgente necesidad realidad de los flujos irregulares con justicia, solidaridad y misericordia. Las formas de expulsión colectiva, que no permiten una correcta gestión de los casos particulares, no deben ser aceptadas”.

“Proteger quiere decir asegurar la defensa de los derechos y de la dignidad de los migrantes y de los refugiados, independientemente de su status migratorio”. “Aquí parece necesario dirigir una mirada o particular atención a los migrantes en situación de gran vulnerabilidad, a los numerosos menores no acompañados y a las mujeres” a los cuales garantizar también asistencia sanitaria y humanitaria.

Promover significa asegurar a todos, migrantes y locales, la posibilidad de encontrar un ambiente seguro donde realizarse integralmente. Tal promoción comienza con el reconocimiento que ninguno es un descarte humano., sino que es portador de una riqueza personal, cultural y profesional que puede acarrear mucho valor allí donde se encuentre”.

Integrar, quiere decir comprometerse en un proceso que valorice al mismo tiempo el patrimonio cultural de la comunidad que lo recibe y el de los migrantes, construyendo así una sociedad intercultural y abierta”. Algo no tan fácil, así que “a menudo, renunciamos al encuentro con el otro y levantamos barreras para defendernos”. “Integrar exige por lo tanto no dejarse condicionar por los miedos y por la ignorancia”.