Obispos filipinos: obrar contra los cambios climáticos es un ‘imperativo moral’

En una carta pastoral los prelados lanzan la alarma sobre el futuro ambiental del archipiélago. Condenando la “continua destrucción de nuestra casa común”, ellos piden una “conversión ecológica” en un contexto de “emergencia climática”. Entre los desafíos la renuncia al carbón y a las extracciones mineras intensivas. 

 


Manila (AsiaNews/CBCP) - En una carta pastoral, los obispos filipinos lanzan la alarma sobre el futuro ambiental del archipiélago, condenando aquella que definen “la continua destrucción de nuestra casa común”. El documento, publicado ayer por la Conferencia episcopal de los obispos filipinos (CBCP), invoca una “conversión ecológica” en un contexto de “emergencia climática”.  

La carta de 9 páginas, está dividida en 8 secciones. La primera mitad está dedicada a una reflexión sobre el estado ambiental, al cual siguen indicaciones sobre el plan ecológico para afrontar la emergencia. Colocándose en el surco marcado por el Papa Francisco en la encíclica ‘Laudato si’, los prelados filipinos subrayan que el lamento de la tierra es urgente como el pedido de los pobres por la igualdad social.  

Nuestra predilección por los pobres, escriben los obispos, “no lleva a dar prioridad a los más afectados, los ‘más pobres entre los pobres’ se lee en el documento publicado en el sitio CBCP.

“Dado la alta tasa de pobreza en Filipinas- prosigue el texto- la necesidad de gestionar el ambiente es fundamental. Pobreza y degradación ambiental se alimentan el uno al otro”.

El pontífice en la carta encíclica subraya con fuerza que los cambios climáticos son una amenaza para los pobres del mundo. Los obispos retoman las palabras del Papa y subrayan los múltiples desafíos que se refieren al país: entre éstos están las excavaciones mineras y las actividades de extracción irresponsables, la construcción de diques, la creciente dependencia del fósil para la producción de energía, in primis el carbón.

Diversos estudios confirman que Filipinas son uno de los países más vulnerables en tema de cambios climáticos. Debemos obrar, afirman los obispos, también en nombre de cuantos “no tienen voz” y “por el planeta” mismo. El publicado ayer es el octavo documento de los prelados filipinos dedicado a la ecología; el primero data de 1988 y lleva por título: “¿Qué sucede a nuestra bella tierra”.

Publicada a breve distancia de la conclusión de la asamblea plenaria en Manila, la carta de los prelados filipinos exhorta a no utilizar el dinero de la Iglesia y de los institutos católicos para el desarrollo de establecimientos a carbón o para apoyar compañías mineras. Es más, prosiguen, la invitación es la de “desalentar” el empleo de recursos en estos sectores y de vivir según los dictámenes trazados por Francisco dentro de la ‘Laudato si’.

Los obispos anuncian al final la creación de una “sección ecológica” en cada centro diocesano, que ponga al centro de la propia acción los temas de la naturaleza y del ambiente. “Tenemos el imperativo moral- concluyen- de obrar juntos en manera decisiva, para salvar nuestra casa común. Este es nuestro deber como cristianos, esta es nuestra responsabilidad”.