Vaticano: favorecer el trabajo en el turismo, especialmente el de los jóvenes

Mensaje del Dicasterio vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. “El trabajo, que no es solo el empleo, sino la forma en que el hombre se realiza a sí mismo en la sociedad y en el mundo, es una parte esencial para determinar el desarrollo integral tanto de la persona como de la comunidad en que vive”.

 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Favorecer el trabajo, “un trabajo que tenga como centro la dignidad de la persona”, sobre todo el de los jóvenes, en los distintos sectores del turismo. Es el llamado que hace el Dicasterio vaticano para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, en vista del Día Mundial del Turismo, que se celebrará el próximo 27 de septiembre. 

El mensaje parte del tema de la próxima Jornada: “El Turismo y el trabajo; un futuro mejor para todos”. “La elección de tratar el tema del turismo desde la perspectiva del trabajo - se lee en el documento, que lleva la firma del Card. Peter K. A. Turkson- parece particularmente apropiada en vista del  enraizamiento del estado crítico que caracteriza la dimensión laboral en la vida de muchas personas, en todas las latitudes. Los deseados objetivos de paz, seguridad, promoción e inclusión social no se pueden alcanzar si se descuida el esfuerzo conjunto para garantizar a todos un trabajo decente, equitativo y libre, construido en torno a la persona y a sus necesidades primarias de desarrollo humano integral”.

“Donde no hay trabajo, no puede haber progreso, no puede haber prosperidad y, seguramente, no puede haber un futuro mejor. El trabajo, que no es solo el empleo, sino la forma en que el hombre se realiza a sí mismo en la sociedad y en el mundo, es una parte esencial para determinar el desarrollo integral tanto de la persona como de la comunidad en que vive”.

El documento recuerda, por último, que en su Mensaje por la XXIV Jornada Mundial del Turismo, Juan Pablo II explicaba que dicho sector “se ha de considerar como una expresión particular de la vida social, con implicaciones económicas, financieras, culturales y con consecuencias decisivas para las personas y los pueblos. Su relación directa con el desarrollo integral de la persona debería orientar su servicio, como el de las demás actividades humanas, a la edificación de la civilización en el sentido más auténtico y completo, es decir la edificación de la "civilización del amor" (ver Sollicitudo rei socialis , No. 33)”.