Sri Lanka, masacres de Pascua: ‘no hay ninguna prueba’ contra el Estado Islámico

El 21 de abril pasado, los atentados provocaron 263 víctimas. Pese a que el Califato habría reivindicado el hecho a través de un mensaje de video, el gobierno de Colombo inculpa a dos grupos islámicos locales. La doctrina wahabita, difundida por los predicadores que llegan a la isla, con la connivencia de las autoridades.


Colombo (AsiaNews) – No hay ninguna prueba evidente de que las masacres de Pascua, ocurridas en Sri Lanka, hayan sido perpetradas por terroristas del Estado Islámico (EI). Es lo que informa el responsable del departamento de Colombo a cargo de la investigación del crimen. El funcionario revela que, hasta ahora, la investigación no ha sacado a la luz la existencia de “lazos directos” con el Califato. La masacre perpetrada en tres iglesias y en tres hoteles de lujo de la capital costó la vida de 263 personas y provocó más de 600 heridos, en su mayoría, fieles cristianos. 

La revelación de Ravi Seneviratne, que también está a cargo del departamento que lleva adelante las investigaciones sobre terrorismo, suma una nueva pieza a los hechos del 21 de abril pasado, que aún siguen envueltos en el misterio. Dos días después de los atentados, los militantes del ISIS difundieron un video, reivindicando los ataques a través de la agencia Amaq, el órgano oficial del grupo. Sin embargo, las autoridades de Colombo siempre sostuvieron que la responsabilidad fue de dos grupos islámicos locales (el National Thowheed Jamath y el Jamaat-ul-Mujahideen) que mantenían presuntos lazos con potencias extranjeras. 

Según el funcionario, si bien no hay vínculos evidentes con el Califato, “aquellos que llevaron adelante los atentados sí difundieron la ideología del Estado Islámico, de modo que se puede decir que los atentados fueron inspirados por el EI”. 

Luego de las masacres, salió a la luz la presencia de varios grupos conectados con el islam radical, localizados fundamentalmente en el área de Batticaloa, localidad donde fue atacada una de las tres iglesias arrasadas, la Zion Church (evangélica protestante).

El radicalismo presente en la isla se remonta, sobre todo, a la corriente Wahabita, gracias a los predicadores provenientes de Arabia Saudita y al importante financiamiento de dicho país para la construcción de mezquitas y madrasas. La proliferación de lugares de culto islámicos también se ha visto favorecida por la connivencia del gobierno, que depende, en parte, del electorado musulmán  y de los diputados de religión islámica. Recientemente, la opinión pública lanzó una crítica feroz por esta cuestión, impulsando a una presentación masiva de renuncias

Por su parte, la comunidad islámica de Sri Lanka ha admitido sus fallas en más de una ocasión, y ha prometido controlar la difusión de las ideas extremistas, sobre todo entre los jóvenes. La Iglesia católica de la isla, y en particular su líder, el Card. Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, ha condenado las masacres y el silencio de las potencias occidentales que apoyan a los países patrocinadores del terrorismo. Al mismo tiempo, el cardenal ha subrayado que “la culpa no es de las religiones”, por tanto, la responsabilidad sobre el gesto de los extremistas no puede recaer sobre todos los que profesan la misma fe.