Hanói: tras pasar ocho años en prisión, una activista católica descontará cinco bajo arresto domiciliario
de Paul N. Hung

Minh Mẫn, de 34 años, fue arrestada en el 2011 y condenada por haber tratado de “derrocar al gobierno legítimo” y por “minar las políticas de unidad”. La joven solo fotografiaba las manifestaciones y publicaba sus tomas online. Junto a ella, terminaron esposados su madre y su hermano. En prisión, la joven fue sometida a trabajos forzados y sufrió abusos; muchas veces fue mantenida en régimen de aislamiento.  

 


Ho Chi Minh City (AsiaNews) – Documentó las protestas -en las que también participó- contra la invasión china de las aguas territoriales disputadas con Vietnam: tras haber descontado una pena de ocho años en prisión, el próximo 2 de agosto la activista católica Anne Nguyễn Đặng Minh Mẫn (foto) dejará la cárcel. Pero aún no recuperará su libertad, ya que deberá descontar otros 60 meses bajo arresto domiciliario. 

Nacida el 10 de enero de 1985 en la provincia meridional de Trà Vinh (en la región del Delta del Mekong), Minh Mẫn comienza a fotografiar manifestaciones y reuniones en favor de la democracia a la edad de 24 años; su compromiso civil queda plasmado en las imágenes que publica online. La muchacha inmortaliza las protestas contra China del 5 de junio de 2011 en Ho Chi Minh City (Saigon), durante las cuales escribe una y otra vez sobre los muros la sigla “HS-TS-VN” – una abreviación de “Spratly y Paracelso, islas de Vietnam”. Minh Mẫn es arrestada en agosto de 2011, en medio de la campaña de represión contra los jóvenes activistas católicos y protestantes; las fuerzas de la policía confiscan su cámara fotográfica. Además de la joven, también terminan esposados su madre, Đặng Ngọc Minh, y su hermano, Nguyễn Đặng Vĩnh Phúc.

Junto a otros 13 militantes cristianos, los tres son procesados a puertas cerradas en los tribunales de la provincia de Nghệ An entre el 8 y el 9 de enero de 2013. Para la Corte, Minh Mẫn es culpable; trató de “derrocar al gobierno legítimo”, violando el controvertido artículo 79 del Código Penal vietnamita, y “minó las políticas de unidad” (artículo 87). Estos cargos suelen ser usados por las autoridades y por el Partido Comunista para castigar el disenso. La sentencia de la Corte es de ocho años en el “Campo de prisión Nro. 5” de la provincia de  Thanh Hóay y otros cinco, bajo arresto domiciliario. La madre es condenada a tres años de reclusión, al igual que el hermano, pero se beneficia con la prisión en suspenso. Mientras se encuentra en prisión, Minh Mẫn es sometida a trabajos forzados y abusos; muchas veces es mantenida en régimen de aislamiento. No puede siquiera socializar con los demás detenidos, aún cuando éstos no se encuentran en prisión por motivos políticos. Las visitas de la madre -que, en tanto, descuenta su sentencia en el mismo centro penitenciario- son limitadas. El padre de la activista es hostigado y recibe intimidaciones por los arrestos en el núcleo familiar. Para visitar a su hija, el hombre debe hacer un viaje de 40 horas, y al llegar a la cárcel, muchas veces no le permiten verla. 

El caso judicial de Minh Mẫn sacude la vida familiar, ya de por sí difícil. Đặng Ngọc Minh, de 62 años, la madre de la joven, cuenta: “En 1989 escapamos a Tailandia desde la provincia de Trà Vinh, en busca de la libertad. Durante varios años vivimos en los campos de refugiados de Panatnikhon y Sikiew. Como este último fue clausurado en 1995, nos vimos obligados a deambular por el país, antes de ser enviados de regreso a Vietnam”. Cuando la familia huyó de Vietnam, Minh Mẫn tenía apenas cuatro años. Al llegar a Tailandia, comenzó a participar en las actividades de una “Casa de la compasión”, gestionada por la Iglesia católica local, que se ocupa de los niños refugiados. Gracias a esta iniciativa, puede asistir a la escuela primaria y participar en las lecciones de catecismo. El Pbro. Peter Prayoon Namwrong fija la fecha de la primera comunión de la niña en octubre de 1996. Lamentablemente, los padres reciben una orden de deportación y la niña no puede recibir el sacramento. De regreso en Vietnam, Minh Mẫn comienza a frecuentar la Iglesia diez años después, y en mayo de 2005 se convierte al catolicismo.