La marina iraní incauta una nueva embarcación extranjera en el Golfo Pérsico

Según Teherán, la nave, que enarbola la bandera iraquí, transportaba 700.000 litros de petróleo de contrabando. Bagdad desmiente tener lazos con el buque, que podría ser propiedad de un particular. Se trata del tercer secuestro en las aguas del Golfo en pocas semanas. Un alto oficial iraní minimiza las posibilidades de un conflicto en la región. 

 


Teherán (AsiaNews/Agencias) - Irán ayer anunció la incautación de una nueva embarcación extranjera -con pabellón iraquí- en las aguas del Golfo, por sospechar que ésta estaría “contrabandeando petróleo para algunas naciones árabes”. Las autoridades detuvieron a siete marineros a bordo de la nave, que aguardan ser interrogados acerca de los 700.000 litros de petróleo “de contrabando” transportados a bordo del buque. 

En menos de un mes, los Guardianes de la revolución iraní han secuestrado tres embarcaciones distintas, en un área estratégica que ya se ha convertido en el núcleo de las tensiones entre Irán y los Estados Unidos. Una demostración de fuerza de las fuerzas paramilitares de la República islámica, en el contexto de una escalada que podría desembocar en un conflicto abierto. 

Las fuerzas iraníes interceptaron la nave el 31 de julio pasado, en las inmediaciones de la isla de Farsi, en el norte del Golfo, cuando se dirigía hacia los países árabes de la región. Según consta por las últimas informaciones, el buque se desplazaba hacia el puerto de Bouchehr, en el sur, y el combustible a bordo fue secuestrado por las autoridades, ateniéndose a las disposiciones impartidas por la magistratura iraní. 

El ministerio de Petróleo de Irán afirma que no existe ningún lazo con el buque incautado  y que está trabajando para reunir información, pero precisa que no “exporta gasoil al mercado internacional”. Las autoridades han abierto una investigación para dilucidar la pertenencia de la nave; podría ser de una compañía privada, propiedad de un comerciante iraquí.

De momento, ningún país ha señalado la “desaparición” de un buque propio. De hecho, la Quinta Flota de los EEUU, con base en Bahréin, ha dicho que no tiene información al respecto  e incluso Londres desmiente que haya habido nuevos secuestros de barcos. Como telón de fondo, se despliega la pulseada entre Teherán y Washington, desatada en mayo de 2018 tras la decisión del presidente de los EEUU, Donald Trump, de retirarse del acuerdo nuclear (JCPOA) alcanzado tres años antes por el anterior mandatario, Barack Obama. Un enfrentamiento que ha determinado un incremento de la presencia militar estadounidense y británica en la región.

En los últimos días, el Reino Unido anunció el envío de otro buque de guerra hacia el Golfo: el cazatorpederos Duncan, que viene a sumarse a la fragata Montrose, destinados a la protección de embarcaciones civiles y comerciales. Una jugada a la cual el presidente iraní Hassan Rohani ha reaccionado duramente, subrayando que “la presencia de fuerzas extranjeras no traerá seguridad, sino que, por el contrario, provocará un aumento de tensiones en la región del Golfo Pérsico”. 

También en el día de ayer, un alto oficial iraní procuró minimizar las posibilidades de un conflicto abierto. “A primera vista -subrayó el Gral. Ahmadreza Pourdastan - podría parecer que la situación en el Golfo Pérsico se encamina hacia un conflicto militar. Sin embargo, analizando más a fondo la realidad, se constata que las probabilidades de un conflicto se han reducido”. “Todas las naciones que tienen intereses en la región -concluye- no quieren una nueva crisis en Oriente Medio”.