Prisionero político saudita muere en la cárcel, tras negársele atención médica

Saleh Abdelaziz el-Dhamiri, de 60 años, sufría de problemas cardíacos y necesitaba una nueva válvula. Había pasado más de cuatro años en régimen de aislamiento por las campañas en favor de los presos políticos del reino. En el pasado, había criticado el ascenso al poder del príncipe heredero bin Salman.


Riad (AsiaNews/Agencias) - Un prisionero político murió en la cárcel por problemas cardíacos, luego de que las autoridades -hace menos de una semana- le negaran la implantación de una nueva válvula en el corazón. Según informa Middle East Eye, que difunde la denuncia de algunos familiares, el sexagenario Saleh Abdelaziz el-Dhamiri hace tiempo que sufría de problemas cardio-circulatorios y necesitaba urgentemente un nuevo dispositivo mecánico. 

El hombre falleció el 2 de agosto pasado, pero la noticia recién se filtró en las últimas horas. Se encontraba recluido en la cárcel de Tarafeyya, al norte de Riad. Fue sepultado al día siguiente (dentro de las 24 horas, tal como prevé la tradición islámica) en su localidad natal, Sakaka, en el noroeste del país.  

Según informa el activista Sami al-Shadukhi, quien también ha pasado períodos en prisión por su labor en favor de los derechos humanos, Dhamiri estuvo más de cuatro años bajo régimen de aislamiento por sus campañas a favor de las familias de los prisioneros políticos sauditas. La semana pasada se evidenció la necesidad urgente de cambiar el dispositivo de asistencia ventricular izquierda, una suerte de válvula cardíaca artificial. Sin embargo, las autoridades del centro penitenciario se negaron a satisfacer su pedido, conduciendo al hombre a la muerte en cuestión de días.  

Antes de ser arrestado, Dhamiri había promovido numerosas campañas de colecta de fondos para los familiares de los prisioneros políticos. En el pasado, supo sostener la oposición interna y criticó duramente el ascenso al poder del actual número dos del reino y hombre fuerte del país, el príncipe heredero Mohammad bin Salman (MBS). 

La muerte de detenidos y activistas en prisión no constituye una novedad en Arabia Saudita: en enero pasado falleció en su celda otro líder religioso disidente, Ahmed al-Emari, víctima de torturas y maltratos. Con bin Salman en el poder (desde el 2017), el número de casos de torturas, maltratos y homicidios selectivos ha crecido de manera exponencial, al igual que los casos de atención médica denegada y abusos en prisión perpetrados sobre prisioneros políticos, líderes religiosos y mujeres activistas

En marzo, se filtraron algunos documentos que revelaron numerosos casos de detenidos por delitos de opinión que fueron blanco de quemaduras, torturas y desnutrición; entre las víctimas figuraría Loujain al-Hathloul, una de las activistas que ha estado a la vanguardia en la batalla a favor del derecho de las mujeres a conducir. Maltratos y abusos también han sido constatados en el contexto de la campaña anticorrupción impulsada por MBS en el 2017, y que culminó con numerosas personalidades destacadas del reino wahabita tras las rejas.