Ho Chi Minh City, 31 seminaristas pasan un ‘Verano pastoral’ en las periferias
de Paul Nguyen Hung

En la iniciativa del seminario mayor de San José también participaron estudiantes de las diócesis de Mỹ Tho, Phú Cường y Phan Thiết. El grupo siguió algunos cursos sobre teoría, práctica y metodología del trabajo social. La atención brindada a los niños seropositivos, hambrientos o enfermos terminales. Mons. Joseph Đỗ Mạnh Hùng: “Pidamos por nosotros, llamados a hacer frente a una inmensa demanda”. 

 


Ho Chi Minh City (AsiaNews) – Desde el seminario, a las periferias de la sociedad, para servir a los marginados y a los niños necesitados, prescindiendo de cuál sea su pertenencia religiosa: del 3 al 14 de agosto, 31 futuros sacerdotes participaron en el “Verano Pastoral”, una iniciativa social organizada por el seminario mayor de San José, en Ho Chi Minh City. Entre los participantes se contaban estudiantes del histórico instituto y otros provenientes de las diócesis de Mỹ Tho, Phú Cường y Phan Thiết.

Antes de ir al encuentro de los “thân chủ” (los beneficiarios del proyecto), el grupo siguió algunos cursos sobre teoría, práctica y metodología del trabajo social. Uno de los principales temas afrontados durante las lecciones preparatorias fue “La caridad general – actividades sociales y método de trabajo con la parroquia-comunidad”. Divididos en pequeños grupos, los seminaristas luego debatieron y hallaron soluciones para algunos “casos prácticos” en las diócesis de pertenencia. AsiaNews recogió los testimonios de algunos de ellos.

Del Grupo 1 formaba parte Joseph, quien cuenta: “Nosotros nos ocupamos de los niños vulnerables, que viven en circunstancias muy difíciles: son discapacitados y seropositivos. Les llevamos alegría, si bien ya son asistidos por el amor de las religiosas y voluntarios católicos. Poco a poco, estos niños lograr superar los baches de su vida. “Algunos estudian en la escuela primaria, otros asisten a la secundaria o a la universidad (los casos son contados)”. Los miembros del Grupos 2 se ocuparon de los niños alojados en el MT.  Warm Shelter. También en este lugar hay niños y niñas seropositivos. Ellos conviven con niños no-videntes de su misma edad, hipoacúsicos y discapacitados mentales. En el centro también se aloja a varios enfermos terminales, que son asistidos por una comunidad de hermanas. 

En el MT. Warm Shelter también prestaron servicio los que conformaban el Grupo 3, que concluyó el “Verano Pastoral” en el Centro Social Thị Nghè. Aquí, Sor Hoa es responsable de los proyectos de salud orientados a los pequeños pacientes. “Para asistirlos mejor -afirma la religiosa- hemos trabajado en estrecha colaboración con sus padres. Los niños se sintieron amados y expresaron su curiosidad sobre los seminaristas. Las personas que ayudamos son muy pobres; algunas sufren de un cáncer terminal o de enfermedades que no tienen cura.  Con respecto a los más jóvenes, también ofrecemos programas de sostén para las familias”. El seminarista JB comenta: “lo que más me conmovió en el Centro Thị Nghè es la alegría y la positividad con que los niños afrontan la enfermedad”. 

En un primer momento, los miembros del Grupo 4 trabajaron en las “tiendas del arroz social”, donde los niños, estudiantes, ancianos y trabajadores pobres reciben comida, palabras de alivio y sostén psicológico. Luego, el grupo prestó su servicio en el  Thiên Phước Warm Shelter (fotos). En el centro trabajan religiosas, médicos y asistentes sociales que hacen un seguimiento de cientos de niños discapacitados. 

Al término del “Verano Pastoral”,los 31 seminaristas se encontraron para compartir experiencias e impresiones. Quien los escuchó fue Mons. Joseph Đỗ Mạnh Hùng, administrador apostólico de Ho Chi Minh City (Saigón). El obispo comentó a los presentes: “En el contexto social actual, cada vez hay más pobres, discapacitados y niños que viven en condiciones de miseria. Tenemos que pedir por nosotros, llamados a hacer frente a esta inmensa demanda. Como futuros sacerdotes, ustedes deben atender a los últimos de nuestras parroquias. No dejen de rezar y, sobre todo, de promover la vida consagrada a través de su ejemplo”.