En seis años, el crecimiento podría ser de un 7,4%. Ello se debe al gran número de tensiones sociales que se registran en el país, además de a un aumento de pedidos de gobiernos extranjeros. Gases lacrimógenos “made in China” son usados en Tailandia, en los países árabes, en Sudán y Venezuela; pero no en Hong Kong.
Beijing (AsiaNews) – La producción de gases lacrimógenos y de otras armas para el control de las masas se verá incrementada a causa de la importante demanda, tanto en suelo patrio como proveniente del exterior. Es lo que afirman las empresas productoras y muchos analistas del mercado. Ello se debe al gran número de tensiones sociales que se registran en el país, además de a una mayor demanda por parte de gobiernos extranjeros.
China comenzó a producir gases lacrimógenos hacia 1990. Casi por ironía, algunos generales del ejército dijeron en la época de la masacre de Tiananmen que esto se hizo “porque no tenían gases lacrimógenos, y solo contaban con proyectiles letales”. Ahora, estos gases, así como otros instrumentos, son suministrados al ejército y a la policía antidisturbios. Por muchos años, estas armas “no letales” han sido usadas contra campesinos, aldeas y contra operarios fabriles que estaban en huelga o protestaban por las expropiaciones.
Según ciertas fuentes, los gases lacrimógenos “made in China” han sido usados para domar las protestas políticas en Tailandia, en la Primavera Árabe, en las manifestaciones contra el gobierno en Sudán y en Venezuela. En los últimos meses, la policía de Hong Kong ha estado haciendo un uso masivo de gases lacrimógenos, pero éstos no serían de fabricación china.
Según las empresas productoras, el mercado de gases lacrimógenos podría crecer alrededor de un 7,4% de aquí al 2025, con un beneficio operativo de más de 800 millones de dólares.
Se calcula que para el 2022, el valor de la industria alcanzaría los 9,7 millardos de dólares. Para Allied Market Research, China sigue siendo uno de los mercados que crecen a mayor velocidad, a causa del “fuerte crecimiento económico, el gasto militar en alza, y un rápido desarrollo industrial, además de las crecientes situaciones de desorden social”.