Arzobispo de Calcuta: Madre Teresa, ‘madre y maestra’ de la Iglesia (Video)
de Thomas D’Souza*

Hoy recurre la memoria litúrgica de la mujer que dedicó la vida a los más pobres. El Papa Francisco la ha elegido como patrona del voluntariado. Una misa solemne celebrada en la casa generalicia de las Misioneras de la Caridad. Mons. D’Souza: “Come Madre Teresa, reconocemos el rostro de Jesús en los más pequeños de nuestros hermanos y hermanas”.

 


Calcuta (AsiaNews) – “Madre y Maestra” de la Iglesia: así Mons. Thomas D´Souza, arzobispo de Calcuta, define a Madre Teresa, en la jornada en la cual recurre la memoria litúrgica de 22do aniversario de la muerte. Esta mañana él presidió una misa en la casa generalicia de las Misioneras de la Caridad en Calcuta, congregación fundada por la “Madre de los pobres”. Al finalizar la celebración solemne, los fieles han rendido homenaje a la santa, hecha patrona del voluntariado por el Papa Francisco durante la misa por su canonización el 4 de septiembre de 2016, deponiendo flores sobre la tumba entonando himnos. A continuación publicamos el texto de la homilía del arzobispo (traducción a cargo de AsiaNews).

 

Queridos hermanos y hermanas, 

En 1961 el Papa Juan XXIII escribió una encíclica sobre el rol de la Iglesia en el compromiso de construir una auténtica comunidad, con la finalidad de promover la dignidad humana y la ha llamada- “Mater et Magistra”- refiriéndose a la Iglesia.

Quiero aplicar este título de “Mater et Magistra”-Madre y Maestra- a una verdadera hija de la Iglesia católica, santa Teresa de Calcuta. Ella era “Madre” que suscitaba ternura, amor y cuidado. Este es el motivo por el cual hace 3 años el Papa Francisco en su homilía de canonización de santa Teresa de Calcuta, dijo: “Hoy consigno esta emblemática figura de mujer y de consagrada a todo el mundo del voluntariado: ¡ella sea vuestro modelo de santidad! Pienso que. quizás, tendremos un poco de dificultad en llamarla Santa Teresa: su santidad estuvo tan cerca de nosotros, tan tierna y fecunda que espontáneamente continuaremos diciéndole ‘Madre Teresa’. Nosotros espontáneamente la llamamos “Madre”, porque donó a todos, en particular a los más pobres entre los pobres, el amor tierno de una madre, del toque delicado de una madre, el cuidado afectuoso de una madre.

Madre Teresa fue también “Maestra”. Inmediatamente después de su primera profesión de fe en el Instituto de la Beata Virgen María en 1929, fue nombrada docente en la St. Mary’s School di Entally, en Calcuta : una vocación que ella cumplió con gran rendimiento hasta cuando fundó las “Misioneras de la caridad” y se fue a las favelas para ser la luz de Jesús para todos aquellos cuya vida y casa estaban envueltas por varios tipos de oscuridad.

¿Cual es el secreto que hizo convertir en Santa Teresa de Calcuta en “Madre”, “Maestra” y “Santa”? La respuesta a esta pregunta reside en las 3 lecturas que hemos escuchado hace poco: el profeta Isaías habla de un diferente tipo de ayuno y sacrificio: no uno que está hecho para muestra exterior, no para publicidad egocéntrica, sino una donación de sí con profunda humildad y amor en acción. En su primera carta, san Juan afirma que Dios nos amó antes y luego llenó nuestros corazones y nuestras vidas con su amor, de modo que pudiésemos compartir aquel amor con nuestro hermanos y hermanas necesitadas. “Cualquier cosa hayan hecho a mis hermanos y hermanas, lo habéis hecho a mí; cualquier cosa hayan hecho a los más pequeños de mis hermanos y hermanas, lo habéis hecho a mí”.

Santa Teresa comprendió este mensaje y lo adoptó como principio guía de su vida consagrada como misionera de caridad, Ella era como la luna que recibe la luz del Sol. Su energía, luz y amor, venían de Jesús en la santa Eucaristía y ella la irradiaba a los más pequeños de los hermanos y hermanas de Jesús. Con la fe, ella reconocía en el rostro de Jesús Jesús en la santa Eucaristía y por esto la santa Misa, la adoración y la oración eran el centro de su vida. Ella reconoció al mismo rostro de Jesús en el que sufría, en el enfermo, en el necesitado, en el más pobre que encontraba y lo donaba con una sonrisa, alegría, generosidad, valentía, paciencia y amor.

Habiendo vivido esta vida de amor- amor por Dios y por el próximo-en modo heroico, Madre Teresa extinguía la Sed de Jesús en la Cruz. Una de las 7 palabras de Jesús en la cruz- “Tengo sed”- le dio el deseo de trabajar por las almas y los cuerpos, por la dignidad y el respeto de los pobres, haciendo de ella una misionera en el verdadero sentido de la palabra: llevar el amor de Dios a los más pequeños de los hermanos y hermanas de Jesús, prescindiendo de su clase, casta, lengua o nacionalidad.

Reconocemos a Jesús en la Eucaristía, encontrémoslo también en nuestras casas, comunidad, sociedad, en todas las situaciones y sobre todo en los más pobres de los pobres. “Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?” (Rom. 8:31). Amén.

*Arzobispo de Calcuta