Solo siete obispos habían pedido aplazar la decisión, pero la mayoría del Sínodo griego ha decidido apoyar la autocefalia ucraniana. La defensa del patriarcado de Constantinopla como el único estado jurídico de las otras Iglesias ortodoxas. Una derrota para el Patriarcado de Moscú. Es probable que éste interrumpa las relaciones con la Iglesia ortodoxa de Grecia. Se aguarda que Epifanio de Kiev sea invitado a concelebrar con Ieronymos en Atenas.
Moscú (AsiaNews) - El Sínodo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa de la Hélade, presidido por el arzobispo de Atenas, Ieronymos II (Liapis), ha reconocido la autocefalia de la Iglesia ucraniana, que fuera concedida por el patriarca de Constantinopla a principios de este año. El 12 de octubre pasado, luego de una liturgia solemne, el tema fue sometido a votación por mayoría, según el número de obispos presentes en la asamblea.
En su discurso, Ieronymos recordó que la cuestión ya había sido tratada lo suficiente en las reuniones anteriores del Sínodo, que ya había sido sometida a las distintas comisiones sinodales, a aquella abocada a las cuestiones dogmáticas y canónicas y a la que se dedica a las relaciones inter-ortodoxas e inter-cristianas. El 13 de agosto, dichas comisiones presentaron sus conclusiones ante la Secretaría General del Sínodo. Según éstas, no existen objeciones canónicas o de otro tipo para tal reconocimiento, y por ello están “plenamente de acuerdo y apoyan” la iniciativa del patriarcado ecuméncio.
El Sínodo también ha expresado algunas precisiones respecto a la cuestión general de la institución de la autocefalia, recordando que la Iglesia ucraniana siempre ha estado bajo la autoridad del patriarca de Constantinopla, a pesar de las objeciones que el Patriarcado de Moscú ha expresado a este respecto. Solo el patriarca ecuménico puede definir el estado jurídico de las otras Iglesias ortodoxas, y establecer su comunión con las otras Iglesias autocéfalas.
La autocefalia ucraniana ha sido definida como “extremadamente útil e importante, incluso para las relaciones entre las iglesias hermanas de Ucrania y Rusia”, dando plena expresión a la Iglesia “de la República independiente de Ucrania”. La deliberación de los miembros del Sínodo, que no estuvo exenta de tensiones, fue definida como “constructiva”; siete obispos pidieron aplazar una vez más su decisión, pero la mayoría de los 80 obispos presentes finalmente votó para dar un cierre a la cuestión. Formalmente, el reconocimiento deviene activo una vez que el arzobispo de Atenas nombra al metropolita de Kiev durante la liturgia; se espera que Epifanio (Dumenko) sea invitado a Kiev, para concelebrar con Ieronymos en Atenas.
La reacción de Moscú no se hizo esperar: el vocero del Departamento de Asuntos Internos del patriarcado ruso, el protoierej Nikolaj Balashov, difundió un comunicado en el cual lamenta que los griegos finalmente hayan tomado tal decisión, “a pesar de que muchos jerarcas pidieron abstenerse de tomar una decisión apresurada… la respuesta será dada por el Sínodo del Patriarcado de Moscú”; lo más probable es que este último decida interrumpir las relaciones con Atenas.
Durante todo el verano, los rusos habían intentado disuadir a los griegos de sostener la autocefalia ucraniana. A tal fin, hubo varios viajes de representantes de la Iglesia moscovita a Grecia, entre ellos, de los metropolitas de Kaluga, Kliment (Kapalin) y de Smolensk, Isidor (Tupikin), dos miembros muy respetables del Sínodo moscovita. La decisión de Atenas marca la derrota de la propaganda rusa contra Ucrania, liderada por el metropolita Hilarion (Alfeev), responsable del Departamento de asuntos externos, y del mismo patriarca Kirill (Gundjaev). Ahora, los rusos tienen intenciones de fomentar la división interna en la Iglesia de la Hélade, sosteniendo a los siete obispos que se oponen al reconocimiento.