Yakarta, obispos sostienen el segundo mandato presidencial de Widodo
de Mathias Hariyadi

La ceremonia de toma de posesión se desarrolló entre enormes medidas de seguridad. Frente a los parlamentarios, Widodo prometió desarrollar los recursos humanos y la economía del país.El presidente declara guerra a la ineficiencia y la corrupción en la burocracia. Los obispos expresan sus propias expectativas para el nuevo gobierno. 

 


Yakarta (AsiaNews) –Los obispos sostienen a la nueva administración guiada por Joko “Jokowi” Widodo y aprecio por el compromiso del presidente en el desarrollo de los recursos humanos en el país. Subrayando la necesidad de trabajar por la unidad nacional, los prelados ofrecen puntos de vista para resolver algunas de las principales problemáticas que investen los territorios de sus diócesis en las dos provincias de papúa y el fenómeno de lo matrimonios infantiles. 

Ayer por la tarde comenzó en vía oficial el segundo y último mandato de Joko Widodo como presidente del país más poblado del mundo. Junto a su vice, Kiai Hajj Ma’aruf Amin, Widodo prestó jura en la Majelis Permusyawaratan Rakyat (MPR, la Asamblea consultora del pueblo). En la ceremonia tomaron parte dos ex presidentes y otros tantos vice, 711 parlamentarios, 19 dignatarios extranjeros y todos los jefes de las delegaciones diplomáticas destacadas en Yakarta.

La capital estaba en estado de alerta con más de 30 mil entre agentes de policía y militares dispuestos después del atentado islamista al ministro de Seguridad Wiranto, sucedido el 10 de octubre pasado. Gracias a las imponentes medidas de seguridad, el evento se desarrolló sin contratiempos. Widodo de 58 años, en su discurso de toma de posesión se comprometió en desarrollar los recursos humanos en el país; llevar a Indonesia fuera de la “trampa de la clase media”, para volverse una de las cinco mayores economías del mundo dentro de 2045 (el 100mo aniversario de la nación); revisionar una burocracia ineficiente y llena de corrupción; reformar leyes obsoletas que son un obstáculo para el progreso.

Diversos líderes católicos han querido expresar las propias expectativas para el próximo quinquenio presidencial (2019-2024). Mons. Yan Olla es el obispo de la remota diócesis de Tanjung Selor, en la provincia de Kalimantan del Norte (Borneo). “Sostengo con firmeza el desarrollo y la valorización de los recursos humanos”, afirma. “Estamos muy preocupados-prosigue- por la difusión del fenómeno de los matrimonios infantiles entre jovencitas en edad comprendida entre los 14 y 18 años. El número de las jóvenes involucradas es alto. La única cosa que nosotros podemos hacer es comprometer a nuestros voluntarios para encontrar los recursos necesarios para garantizar a ellas el acceso a la instrucción superior. No podemos confiar sólo sobre la base de la ayuda financiera de la Iglesia y de nuestros donadores locales. Algo más debe ser hecho por el gobierno”.

Mons. Petrus Canisius Mandagi, obispo de Amboina (Maluku) y administrador apostólico de la arquidiócesi de Merauke (Papúa), declara: “El presidente Widodo y su vice  Ma’aruf están llamados a defender la Pancasila (doctrina pluralista y fundamento del Estado) y la unidad de la República indonesia; ninguna otra ideología, sólo la Pancasila. La nueva administración indonesia debe ejercitar una gobierno  limpio, evitando compromisos con los corruptos y aplicando la ley sin tener preferencias. Además, el nuevo gabinete debería prestar mayor atención y expresar más amor a nuestros conciudadanos en la parte más oriental del país, por el bien de la igualdad de la nación en el bienestar social. Los problemas de Papúa no deberían ser afrontar con enfoques militaristas, sino con amor y compasión”.

A las palabras de Mons. Mandagi le hace eco las de Mons. Aloysius Murwito, obispo de Agats – la diócesis más pobre de Papúa. “Para resolver los problemas locales- afirma el prelado- se necesita intensificar el diálogo entre el gobierno local y el central, a través de los líderes  tribales y religiosos. Esto es importante, por ejemplo, reducir el potencial conflicto con el movimiento independentista. Por favor, ningún enfoque militar para resolver los problemas papuanos: los gestos violentos reclaman sólo más vidas. Ya sea el gobierno local como el central produzcan eficaces normativas para proteger los intereses de los papuanos, no obstante el gran aflujo migrantes de otras islas. La administración debería proteger la verdadera naturaleza autóctona de Papúa como territorio cristiano-católico, no obstante el hecho que los migrantes puedan venir y permanecer. Es también necesario reforzar el espíritu de inclusividad y disponibilidad también entre los papuanos”.