En Mumbai en la 21ra reunión del sindicato de los operadores sanitarios católicos. La atención al enfermo “es parte integrante de la misión de la Iglesia”. Presidente de los obispos: “Proteger y preservar el don de la vida humana desde el vientre a la tumba”.
Mumbai (AsiaNews) – Los operadores sanitarios son “custodios y servidores de la vida humana”, pero en la crisis contemporánea de los valores arriesgan ser “agentes de muerte”. Lo dijo el Card. Oswald Gracias, arzobispo de Mumbai y presidente de la Conferencia episcopal de India (CBCI), en su mensaje a los enfermeros católicos de India, reunidos para el 21ro encuentro nacional del Catholic Nurses Guild of India (CNGI, sindicato de los enfermeros católicos). La atención al enfermo y al sufriente, agrega el purpurado, “es parte integrante de la vida y de la misión de la Iglesia”.
La convención se realizó en el Nirmala Niketan Centre, en el complejo del St. Pius X College de Goregaon East, Mumbai, del 8 al 10 de noviembre. El tema era: “El rol ético de los enfermeros en el promover la salud y en el desarrollo humano integral”. Han participado más de 200 miembros.
El Card. Gracias subraya que “servir a la vida es servir a la Iglesia. La vocación de los enfermeros católicos que se ocupan del enfermo y del moribundo es una gran responsabilidad que exige una gracia especial de Dios”. Citando la Evangelium Vitae (n.27,89), agrega: “La Iglesia siempre estuvo en primera línea sobre estas fronetras de la caridad (...) por amor del prójimo más débil y necesitado. (...) Peculiar es la responsabilidad confiada a los operadores sanitarios: médicos, farmacéuticos, enfermeros, capellanes, religiosos y religiosas, administradores y voluntarios. Su profesión los quiere custodios y servidores de la vida humana”. El operador sanitario, prosigue, “que se detiene junto a una persona herida y se vuelve ‘vecino’ en la caridad, es un buen samaritano”.
El purpurado recuerda las palabras del Papa Francisco a los miembros de la Federación italiana de las profesiones sanitarias (del 3 de marzo de 2018, ndr). Él subraya el valor de los enfermeros en la misión como promotores de la vida y de la dignidad de la persona: a través del encuentro cotidiano con el enfermo, con la ternura y el poder de la “medicina de las caricias”.
En un período histórico, prosigue, “en el cual asistimos a la crisis de los valores morales y crecientes amenazas a la vida, como las epidemias, los desastres naturales, la pobreza y el hambre, hay también nuevos ataques a la dignidad del ser humano, como la guerra, el terrorismo y la violencia brutal.. En este contexto socio-cultural, realizamos que ciencia, tecnología y medicina están perdiendo la innata perspectiva ética y a veces son tentadas de ser manipuladoras de la vida o hasta de agentes de muerte.
Por esto, expresa un “sincero agradecimiento a todos los enfermeros y a aquellos que están involucrados en el apostolado de atenciones médicas, no sólo por vuestro servicio atento y altruista pero también porque protegen y preservan el don de la vida humana desde el vientre hasta la tumba”.