Mons. Thomas Menamparamil, de 83 años, es emérito de Guwahati, en Assam. Sor Rose Tom es una ginecóloga que ha dejado un prestigioso puesto en un importante hospital de Kerala para dedicarse a los enfermos y a la Iglesia en Arunachal Pradesh. Los premios son para “los colaboradores que trabajan detrás de escena”.
Nueva Delhi (AsiaNews) – Un arzobispo y una religiosa católica fueron premiados por su contribución a la paz y en favor de los derechos humanos en la India. Se trata de Mons. Thomas Menamparamil, de 83 años, obispo emérito de Guwahati, y de Sor Rose Tom, de 67, miembro de la Congregación del Sagrado Corazón. El prelado es un conocido promotor de la paz en el noreste del país, particularmente entre los grupos étnicos de Assam; la religiosa es una médica ginecóloga oriunda de Kerala, y en este momento está trabajando para combatir la mortalidad infantil en Arunachal Pradesh.
La ceremonia tuvo lugar el 9 de diciembre en el India Islamic Centre Auditorium de la capital. La entrega de los premios estuvo a cargo del International Human Rights Council. Mons. Menamparampil recibió el título de “Embajador de la Paz” y la religiosa fue distinguida por los “Derechos Humanos internacionales”.
Durante la premiación, el arzobispo de Guwahati subrayó que “el secreto del éxito de cualquier esfuerzo de paz está en la capacidad de escuchar”. Luego, agregó: “El Evangelio es paz, reconciliación entre las comunidades y unir a las personas. La alegría que deriva de un proceso de paz no tiene igual. Es una alegría que nadie puede quitarte”. Por su parte, Sor Rose dijo emocionada: “Me siento abrumada por ese honor. El premio es para los cientos de trabajadores de la salud como yo, que caminan días enteros para llegar a las aldeas más alejadas del Arunachal Pradesh, para atender a los enfermos”.
La religiosa llegó al Estado del noroeste en el año 2015, invitada por Mons. George Pallipparambil, el obispo de Miao, para ofrecer sus competencias en el servicio del Krick and Bourry Memorial Hospital, en la localidad de Injan. Se trata del único nosocomio de la Iglesia católica en el Estado del noreste. La médica, cuenta el obispo, “aceptó dejar un importante cargo de supervisora sanitaria en un hospital grande de Kerala y se transfirió. Y ella se ha vuelto una verdadera bendición para las personas. Más que la atención médica en sí, su contribución fundamental ha sido lograr una mayor concientización, ya que lamentablemente muchas muertes se producen por ignorancia de las personas (en cuestiones de higiene personal y salud]”.
Con una experiencia de más de 30 años ateniendo a madres y bebés, Sor Rose afirma que “el servicio de salud siegue siendo el problema más serio para la pobalción”. La religiosa explica que según un recente studio, en Arunachal Pradesh “la tasa de mortalidad infantil es de 36 fallecimientos por cada 1000 nacimientos. El dato es más elevado que el del año 2000 y figura entre los peores de todo el país. A través de nuestras clínicas móviles y de nuestros operadores sanitarios que trabajan en las aldeas, hacemos todo lo que está a nuestro alcance para educar y difundir conocimientos entre las personas, y así procuramos reducir la mortalidad”. (A.C.F.)