Papa: la misericordia, acto supremo con el cual Dios viene siempre a nuestro encuentro

“Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio, que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las personas y animarlas a recuperar el camino para volver al Padre”.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La misericordia es “el acto último y supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro, y es la que abre nuestro corazón a la esperanza de ser amados para siempre, cualquiera sea nuestra pobreza, cualquiera sea nuestro pecado”. La misericordia de Dios, un tema sobre el cual el Papa Francisco reflexiona siempre con particular énfasis, fue retomada hoy durante el encuentro del pontífice con los exponentes de asociaciones, congregaciones y movimientos dedicados a la misericordia, que operan en Francia. 

“El amor de Dios por nosotros – dijo - no es una palabra abstracta. Se ha hecho visible y tangible en Jesucristo. Por eso, «el amor misericordioso de los cristianos debe estar en la misma longitud de onda. Como ama el Padre, así aman los hijos. Como Él es misericordioso, así se nos llama a ser misericordiosos unos con otros»”.

Francisco luego recordó que en la Bula de indicción del Jubileo de la Misericordia, Misericordiae vultus, “expresaba el deseo de que, en la perspectiva de la nueva evangelización, que el mundo tanto necesita, «el tema de la misericordia» ha de ser «re-propuesto con un nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral. Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio, que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia, para penetrar en el corazón de las personas y animarlas a recuperar el camino para volver al Padre». Veo que muchos en la Iglesia de Francia, con el apoyo y el aliento de sus pastores, escuchan este llamado, y me alegro por ello”. 

“Mi deseo – prosiguió -, es poder hallar nuevos modos para testimoniar a su alrededor esta alegría de evangelizar, anunciando la misericordia de Dios, para transmitir la pasión a los demás y difundir en el mundo la cultura de la misericordia, que tanto necesita”, “Que el cumplimiento de sus actividades de caridad, que a veces demanda mucha dedicación y cansancio, no ahogue jamás el aliento de ternura y de compasión que debe animarlas, y la mirada que expresa”. “Hay un solo caso – dijo, hablando espontáneamente - en que se puede ‘mirar a una persona desde arriba’, y es para ayudarla a levantarse”.