Detrás del petróleo sirio: un acuerdo con Moscú, para la exploración

El Parlamento ratificó los contratos firmados a principios de año con las compañías rusas Mercury LLC y Velada LLC. Ministro de Petróleo: es una estrategia que apunta a reforzar pactos con las “naciones amigas” y ante todo, con Rusia e Irán. Como telón de fondo, las áreas disputadas del noreste, en las manos de Washington, con la ayuda de los kurdos. 

 


Damasco (AsiaNews/Agencias) - El petróleo crudo sirio, que lleva tiempo bajo la mira de los EEUU, también resulta tentador para Rusia, el principal aliado de Damasco en estos ocho años de guerra y uno de los colaboradores económicos y comerciales estratégicos de un país hundido por las sanciones. Justamente en las últimas horas, el Parlamento sirio acaba de aprobar la firma de dos contratos que permiten a dos compañías rusas realizar tareas de exploración, con el objetivo de reforzar la producción petrolera. 

Según informa la agencia estatal Sana, los contratos cubren las actividades de exploración y producción en tres áreas distintas: una es el yacimiento situado en el noreste del país -un área que está bajo la mira de la ofensiva turca, interesada en el crudo sirio - y otra está al norte de la capital, Damasco. El acuerdo, que quedó ratificado ayer por el Parlamento, fue firmado en el primer semestre del año con los gigantes rusos Mercury LLC y Velada LLC.

Ali Ghanem, ministro sirio de Petróleo, confirma que la firma de los contratos está en línea con la estrategia del gobierno de “volcarse a las naciones amigas de Siria”, con Rusia e Irán “en primera línea”. Por otro lado, el mismo presidente Bashar al-Assad ha recalcado en más de una oportunidad que cuenta con la ayuda de Moscú y de Teherán para llevar adelante la reconstrucción del país. 

Antes de la guerra, Siria producía 380.000 barriles de petróleo por día. Los yacimientos quedaron por largo tiempo en manos de los kurdos, aliados de los Estados Unidos, que lograron arrancar gran parte del territorio del este y del noreste al Estado Islámico (y a Damasco) gracias a la ayuda interesada de Washington. Esto ha generado un creciente descontento popular en Siria ante la actitud de los Estados Unidos que abiertamente han manifestado su voluntad de echar mano sobre el crudo local, en una flagrante violación del derecho internacional. 

La Casa Blanca y el presidente Donald Trump han confirmado en reiteradas oportunidades que, a pesar de los anuncios de retirada, pretenden mantener una presencia militar allí “donde tienen el petróleo”. Una presencia de unos 600 soldados, considerados “invasores” por parte del gobierno de Damasco, que podría contar con un estimado de 2,5 millardos de barriles.

Las pruebas del transporte y venta ilegal del crudo sirio han sido proporcionadas en varias oportunidades por el gobierno ruso, que “acusa a los Estados Unidos de saqueo ilegal del petróleo sirio, garantizado por la presencia militar estadounidense”. Damasco, tratada como un rehén, se ve obligada a importarlo de países extranjeros para cubrir sus necesidades energéticas.