Francisco recibió a 6 nuevos embajadores. “Se trata de abandonar el deseo de dominar a los otros y aprender a mirarnos mutuamente como personas, como hijos de Dios, como hermanos”. Siempre más a menudo vemos que la paz es obstaculizada por la falta de respeto por nuestra Casa Común y, en particular, por la explotación abusiva de los recursos naturales”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La paz “es la aspiración de toda la familia humana”. “Es un camino de esperanza, que comprende, entre otras cosas, el diálogo, la reconciliación y la conversión ecológica”, camino por el cual la Iglesia católica “se compromete a colaborar con cada ente responsable en el promover el bien de toda persona y de todos los pueblos”. La paz y la colaboración internacional para alcanzarla estuvieron en el centro del saludo que el Papa Francisco dirigió esta mañana a 6 nuevos embajadores, 3 hombres y 3 mujeres, recibidos para la presentación de las cartas credenciales.
“El camino hacia la paz inicia-evidenció Francisco- con la apertura a la reconciliación:
«Se trata de abandonar el deseo de dominar a los otros y aprender a mirarnos mutuamente como personas, como hijos de Dios, como hermanos”. Sólo cuando dejamos de lado la indiferencia y el miedo puede crecer y prosperar un verdadero clima de respeto recíproco. Esto a su vez, lleva a una desarrollo de una cultura de inclusión, a un sistema más justo y a varias oportunidades para la participación de todos a la vida social y política”.
“Siempre más a menudo-dijo aún- que muchas veces vemos que la paz es obstaculizada por la falta de respeto por nuestra Casa Común y, en particular, por la explotación abusiva de los recursos naturales, vistos sólo como una fuente de beneficios inmediatos, sin tener en cuenta los costos que esto implica para las comunidades locales y para la propia naturaleza. “Nuestro mundo está afrontando una serie de desafíos complejos para la sostenibilidad del ambiente, no sólo para el presente sino también para el futuro inmediato”. Recordando el llamamiento que hizo el reciente Sínodo para la Región Panamazónica, de una renovada apreciación de la relación entre comunidad y tierra, entre pasado y presente y entre experiencia y esperanza”.
“El compromiso para una gestión responsable de la tierra y de sus recursos es urgente en todos los niveles, desde la educación familiar a la vida social y civil, hasta las decisiones políticas y económicas”.
“El bien común es el de la casa en la cual demoramos-concluyó el Papa- exigen esfuerzos de cooperación para hacer progresar el florecer de la vida y el desarrollo integral de cada miembro de nuestra familia humana”.