Papa: bautizar a un hijo es un acto de justicia hacia él

Francisco bautizó a 32 bebés y a 17 niños y 15 niñas. “Este es el mensaje que yo quisiera darles hoy. Ustedes traen hoy a sus hijos [para que tengan] dentro de sí el Espíritu Santo. Cuiden que crezcan con la luz, con la fuerza del Espíritu Santo, mediante la catequesis, la ayuda, la enseñanza, los ejemplos que ustedes darán en casa… Este es el mensaje”.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Bautizar a un hijo es un acto de justicia hacia él”, ya que “en el Bautismo le damos un tesoro, en el Bautismo le damos una prenda: el Espíritu Santo”. El llanto de los niños resonó en la Capilla Sixtina hoy, día en que la Iglesia recuerda el bautismo del Señor y en el cual el Papa Francisco, siguiendo la tradición, bautizó a 32 bebés, 17 niños y 15 niñas.  

Una ceremonia deliberadamente “familiar”, en la cual el Papa aludió al “concierto” de niños que lloran, e invitó a “descubrirlos” si tienen calor, y a amamantarlos, si tienen hambre. 

Hablando de manera espontánea, Francisco dijo que “Así como Jesús fue y se hizo bautizar, ustedes traen hoy a sus hijos. Jesús responde a Juan: ‘Conviene que se haga toda justicia’ (cfr. Mateo 3,15). Bautizar a un hijo es un acto de justicia hacia él. ¿Por qué? Porque nosotros, en el Bautismo, le damos un tesoro, en el Bautismo le damos una prenda: el Espíritu Santo. El niño sale [del Bautismo] con la fuerza del Espíritu dentro suyo: el Espíritu que lo defenderá y lo ayudará durante toda la vida. Por eso es tan importante bautizarlos cuando son niños, para que crezcan con la fuerza del Espíritu Santo”. 

“Este es el mensaje que yo quisiera darles hoy. Ustedes traen hoy a sus hijos [para que tengan] el Espíritu Santo. Cuiden de que crezcan con la luz, con la fuerza del Espíritu Santo, mediante la catequesis, la ayuda, la enseñanza, los ejemplos que ustedes darán en casa… Este es el mensaje”. 

“No quiero decir nada más en voz alta. Solo un aviso. Los niños no están acostumbrados a venir a la Capilla Sixtina, ¡es la primera vez! No acostumbran estar encerrados en un ambiente donde hace un poco de calor. Y no suelen estar vestidos así, para una fiesta tan bella como la de hoy. Se sentirán un poco incómodos, por momentos. Y uno comenzará [a llorar]...– ¡el concierto aún no ha comenzado! – , comenzará uno, luego otro… No hay que asustarse, dejen llorar a los niños, dejen que griten. Pero sobre todo, si tu niño llora y se queja, quizás es porque tiene mucho calor: quítale algo; o porque tiene hambre: amamántale aquí, sí, siempre en paz. Una cosa que también dije el año pasado: ellos tienen una dimensión ‘coral’; basta que uno dé el ‘La’ y comienzan todos, y se creará un concierto. No se asusten. Es una hermosa prédica cuando un niño llora en la iglesia; es una hermosa prédica. Traten de que [sus niños] se sienta bien y sigamos adelante. No se olviden: ustedes llevan el Espíritu Santo en los niños”. 

Francisco bautizó personalmente a todos los pequeños, y los obispos se ocuparon de ungirlos con el óleo sagrado y cumplieron el rito del efatá, que recuerda el episodio del Evangelio de Marcos en el que Jesús cura a un sordomudo, pronunciando precisamente la palabras “efatá”. El celebrante toca los labios y las orejas del flamante bautizado y dice: “Efatá” [Ábrete, ndt], para que pronto pueda escuchar la Palabra de Dios y profesar la fe.