Beijing, Gui Minhai condenado a diez años de prisión

El editor de Hong Kong está acusado de espionaje. La policía de Beijing lo arrestó en Tailandia en 2015. Bajo la presión de sus carceleros renunció a la ciudadanía sueca. El Partido Comunista continúa suprimiendo las voces libres. La condena puede revitalizar el movimiento pro-democracia en Hong Kong.

 


Hong Kong (AsiaNews/Agencias) - Un tribunal chino condenó a Gui Minhai, un editor de Hong Kong con ciudadanía sueca, a 10 años de prisión. La acusación es que proporcionó información de inteligencia en el extranjero. El Tribunal Intermedio de Ningbo (Zhejiang) emitió ayer el veredicto, privando también a Gui de sus derechos políticos durante cinco años. Amigos y personas cercanas al editor creen que su decisión de no apelar el veredicto se debe a que ya ha cumplido parte de su condena.

En 2015, Gui fue arrestado en Tailandia junto con cuatro de sus asociados por agentes chinos. Llevado a China, fue condenado por atropello y fuga durante un accidente automovilístico en 2003, mientras que los demás fueron liberados. Uno de ellos, Lam Wing-kee, afirmó más tarde que fue secuestrado de nuevo por la policía china mientras cruzaba la frontera entre Hong Kong y Shenzhen, y sufrió "tortura psicológica"; liberado una vez más, Lam vive ahora en Taiwán.

Después de cumplir dos años de prisión, Gui fue liberado, sólo para ser arrestado de nuevo por la policía china en enero de 2018. Iba de camino a Beijing para unos exámenes médicos junto con dos diplomáticos suecos. En una entrevista organizada por el Ministerio de Seguridad Pública poco después de su segundo arresto, el editor acusó al gobierno sueco de "sensacionalismo" en su arresto para crear un caso político.

Se sospecha que su declaración fue impuesta, así como la decisión de solicitar la ciudadanía china. Beijing no reconoce la doble ciudadanía, y con esta medida puede negar a Gui la asistencia consular de Suecia.

El país escandinavo y la Unión Europea han pedido repetidamente su liberación, alegando que los cargos contra el editor son infundados. Las autoridades suecas se quejan de que no pudieron asistir al juicio.

Gui ha sido blanco de las autoridades de Beijing por haber publicado y vendido textos que cuentan aspectos personales de la vida de algunos miembros del Partido Comunista. Muchos consideran que la condena es un acto represivo e intimidatorio por parte del régimen, que siempre está dispuesto a restringir la libertad de expresión, especialmente cuando su ejercicio corre el riesgo de desacreditar la imagen del liderazgo.

El encarcelamiento de Gui arroja luz sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad chinas para llevar a cabo operaciones fuera del país, lo que puede reforzar la determinación del movimiento prodemocrático de Hong Kong de continuar sus protestas contra las autoridades de la ciudad de Beijing, que tienen un doble filo. La chispa que encendió las manifestaciones callejeras en la ciudad autónoma el pasado mes de junio fue la posible aprobación de una ley de extradición que, según sus opositores, de haber sido aprobada habría permitido al gobierno chino juzgar a los disidentes políticos y a los abogados de derechos humanos de Hong Kong.