Erdogan: ‘millones’ de inmigrantes empujados hacia Europa. Atenas los bloquea por la fuerza

El ejército griego utiliza gas lacrimógeno y cañones de agua para detener el éxodo. Un funcionario turco acusa a Grecia de haber matado a un hombre; Atenas rechaza las acusaciones. Para el “sultán” el acuerdo firmado con la UE en el 2016 ya no se aplica.


Estambul (AsiaNews/Agencias) - Miles de migrantes siguen concentrándose en la frontera greco-turca con la esperanza de cruzar la frontera y entrar en Europa a pesar de las medidas de rechazo adoptadas por Atenas. Testigos oculares informan que las fuerzas de seguridad griegas están lanzando bombas lacrimógenas y cañones de agua a las personas que huyen. Un funcionario turco acusa a las autoridades griegas de haber matado a un hombre ayer al tratar de cruzar las barreras protectoras, mientras que otro vídeo - no verificado - muestra a un hombre tendido en el suelo con sangre saliendo de su cuello. En ambos casos, Atenas rechaza las acusaciones de violencia.

"Desde que abrimos nuestras fronteras, el número de los que se dirigen a Europa ha llegado a cientos de miles. Pronto este número se convertirá en millones", tronó ayer el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Cifras que los expertos creen que están sobreestimadas en relación con la situación sobre el terreno: el fin de semana la ONU habló de 13.000 refugiados amontonados en las fronteras.

En el punto fronterizo de Pazarkule (Kastanies, para los griegos) hay varios centenares de migrantes varados en tierra de nadie entre los dos países. Algunos agitaban banderas blancas como señal de rendición en un intento de cruzar la frontera. Según Atenas, 1300 solicitantes de asilo lograron llegar a las islas del Egeo entre el 1 y el 2 de marzo. Un niño murió ayer frente a la isla de Lesbos, durante el hundimiento de un barco con unos cincuenta inmigrantes a bordo.

Turquía ha abierto sus fronteras en los últimos días, en un intento de reunir más apoyo internacional contra el gobierno de Damasco, que lanzó una ofensiva masiva contra Idlib, el último bastión de los grupos yihadistas y de la oposición apoyada por Ankara. El presidente sirio Bashar al-Assad quiere volver a tener todo el país bajo su control, poniendo fin a nueve años de sangriento conflicto. Erdogan tiene la intención de preservar la zona de amortiguación más allá de la frontera donde los refugiados sirios fueron acogidos en los últimos años en nombre de una "hermandad" musulmana, y que hoy se consideran huéspedes no deseados y onerosos para las arcas del país.

En estas horas Erdogan ha vuelto a amenazar a Europa, diciendo que hay "millones" de migrantes y refugiados que pronto cruzarán las fronteras. También ha anunciado que Turquía ya no podrá aplicar -después de recaudar miles de millones de euros- el acuerdo firmado con Bruselas en el 2016, que preveía el bloqueo de los migrantes a cambio de un retorno sustancial en dinero. El "sultán" dijo que quería mantener "las puertas de Europa abiertas" y "ahora depende de Uds. tomar su parte de la carga".