Se contagiaron 665 personas en un encuentro islámico: buscan a los refugiados Rohinyás que estaban presentes

El tabligh se realizó en la mezquita Jamek de Sri Petaling, del 27 de febrero al primero de marzo. Participaron alrededor de 14.500 malasios y 1.500 extranjeros. Durante el evento contrajeron el Covid-19 numerosos ciudadanos de Malasia, Brunei, Singapur, Camboya y Tailandia. Kuala Lumpur siguió el rastro de los 12.000 participantes. Los refugiados no se presentan para realizarse el test porque “temen ser arrestados y sufrir otras persecuciones”.


Kuala Lumpur (AsiaNews) – Las autoridades malasias tratan de seguir el rastro de cientos de refugiados Rohinyás que del 27 de febrero al primero de marzo participaron en un encuentro religioso islámico en los suburbios de Kuala Lumpur. En los último días salió a la luz que dicho evento fue la causa de un fuerte pico de contagios en el Sudeste asiático. La agencia de la ONU dedicada a los refugiados y los líderes de la comunidad Rohinyá en Malasia intentan convencer a los investigadores de que permitan a las autoridades realizar el test para identificar cuántos han contraído el Covid-19.  

El  tabligh (un encuentro religioso) se llevó a cabo en la mezquita Jamek de Sri Petaling y en él participaron alrededor de 14.500 malasios y 1.500 extranjeros (fotos). Según se calcula, el evento ha sido la fuente de casi 700 infecciones en toda la región. Para el gobierno, 576 de los 900 infectados en Malasia se vinculan con este evento. Brunei, por su parte, confirma lo mismo para 61 de sus 73 casos. Singapur ha confirmado cinco, Camboya 22 y Tailandia, cuando menos, dos. Las autoridades de Kuala Lumpur han identificado a la mayor parte de las personas presentes en el tabligh, pero no logran dar con el paradero de 4.000. Los participantes transcurrieron gran parte de su tiempo agolpados en el interior de la mezquita, pero algunos fueron a restaurantes, centro comerciales e incluso visitaron las famosas torres Petronas de Kuala Lumpur. Otros realizaron visitas “puerta a puerta”.  

Se considera que hay más de 100.000 Rohinyás viviendo en Malasia, luego de su huida de Myanmar. Para Kuala Lumpur, se trata de inmigrantes ilegales. Según los activistas, dicho estatus hace que muchos sean reticentes a identificarse para someterse al test de coronavirus, si llegaran a mostrar los síntomas de la enfermedad. Bo Min Naing, presidente de la Sociedad Rohinyá de Malasia, declara: “Hemos sensibillizado a la comunidad, aconsejando a los refugiados someterse al test”. Según Naing, entre 400 y 600 Rohinyás participaron del tabligh. Lilianne Fan, una activista por los derechos humanos, afirma que estas personas que han huido de Myanmar “temen ser arrestadas o sufrir otras repercusiones”. 

El Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anuncia que ha solicitado al gobierno malasio que no se arreste a ningún refugiado o solicitante de asilo carente de documentos o con permisos vencidos. Para respetar las dos semanas de restricción a los desplazamiento, impuestas por las autoridades, la organización tuvo que aplazar todas las citas con los refugiados. Los líderes de la comunidad Rohinyá revelan que ACNUR se contactó con ellos por escrito, exhortándolos a convencer a todos los refugiados que participaron en las actividades de la mezquita Jamek de contactar inmediatamente a las autoridades de Salud, sin temor a los arrestos. 

A pesar de las consecuencias del evento desarrollado en Kuala Lumpur, ayer se realizó otro tabligh, pero esta vez en Indonesia. Cerca de  9.000 fieles provenientes del Sudeste de Asia y del Oriente Medio habrían viajado hasta Goa, la regencia de la provincia de Malassar (una isla de las Célebes del Sur), ignorando los pedidos de las autoridades, que solicitaron postergar el evento. Entre los que pretendían formar parte figuran 83 ciudadanos malasios que han violado la medida de gobierno sobre el cierre de fronteras, Su regreso a la patria genera temor por el surgimiento de un posible foco de infección. 

Lina Soo, exponente del People’s Aspiration Party [formación política del Estado de Sarawak, ndr] condena la conducta de sus conciudadanos, definiéndola como una “misión suicida”. “La crisis del Covid-19 – declara a AsiaNews – es una cuestión de vida o muerte. En Malasia, la infección ya ha pasado a la “transmisión entre comunidades” a causa de focos formados en grupos religiosos y reuniones islámicas. Cualquiera que viaje o haya viajado a Indonesia deberá transcurrir tres semana en cuarentena, porque el período de incubación del virus puede durar hasta 20 días. A fin de invertir la curva de la infección, cada uno de los Territorios federales haría bien en cerrar las fronteras, para impedir el desplazamiento de los ciudadanos entre los Estados”.

(Colaboró en esta nota: Joseph Masilamany)