Papa: que el Señor nos de la valentía de las mujeres, que ayudan en la pandemia y a veces sufren la violencia

Fueron las mujeres las primeras en encontrarse con Jesús resucitado y en llevar a los apóstoles el anuncio que nos abre a la esperanza hasta el día de hoy. De la misma forma, en este tiempo de epidemia, muchas mujeres se ocupan de los demás: “mujeres que son médicas, enfermeras, agentes de las fuerzas del orden y de las cárceles, empleadas de comercio y trabajadoras de aquellos bienes de primera necesidad”. “A veces, ellas corren el riesgo de sufrir la violencia, por una convivencia en la cual cargan con un peso demasiado grande”.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Fueron las mujeres las primeras en encontrar a Jesús resucitado y en llevar a los discípulos el anuncio que nos abre a la esperanza hasta hoy, y también en estos días de angustia. Para muchos, su contribución resulta esencial, inclusive en las familias de hoy en día, donde a veces se topan con la violencia. De ello habló Papa Francisco en el Regina Caeli de hoy. 

Antes del rezo del Regina Caeli - la oración mariana que, en el tiempo que va desde Pascua hasta Pentecostés, sustituye el Ángelus - Francisco subrayó que “hoy, Lunes del Ángel, resuena el anuncio alegre de la resurrección de Cristo”, la certeza de que la muerte no prevalecerá y el aliento en este tiempo marcado por la epidemia. 

Al hablar nuevamente desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, esta mañana el Papa recordó que el Evangelio de hoy (cfr Mt 28,8-15) “cuenta que las mujeres, atemorizadas, abandonaron de prisa el sepulcro de Jesús, tras hallarlo vacío; sin embargo, Jesús mismo se les aparece en el camino, y les dice: «No teman; vayan y anuncien a mis hermanos que se dirijan a Galilea: allí me verán» (v. 10). Con estas palabras, el Resucitado confía a las mujeres un encargo misionero con relación a los apóstoles. En efecto, ellas dieron un admirable ejemplo de fidelidad, dedicación y amor a Cristo, tanto durante su vida pública como durante su pasión; ahora, Él las premia con este gesto de atención y predilección. Siempre las mujeres, están al inicio. María está al comienzo. Primero, las mujeres, luego los discípulos, y, en particular Pedro, constatan la realidad de la resurrección”.  

“Jesús les había anticipado muchas veces que, luego de la pasión y de la cruz, él resucitaría, pero los discípulos no habían entendido, porque aún no estaban listos. Su fe debía dar un salto de calidad que solo el Espíritu Santo, don del Resucitado, podía provocar”. 

“Al principio del libro de los Hechos de los Apóstoles – continuó el Papa - escuchamos a Pedro, que dice con sinceridad: «Este es Jesús, a quien Dios ha resucitado y nosotros somos testigos de ello» (Hch 2,32)”. “Desde aquél momento, el anuncio de que Cristo ha resucitado se difunde por todas partes y llega a todos los rincones de la tierra, tornándose en un mensaje de esperanza para todos. La resurrección de Jesús nos dice que la última palabra no la tiene la muerte, sino la vida. Al resucitar a su Hijo, Dios Padre manifestó plenamente su amor y su misericordia por la humanidad de todos los tiempo. Si Cristo ha resucitado, es posible mirar con confianza todos los eventos de nuestra existencia, incluso los más difíciles, como aquellos cargados de angustia e incertidumbre. Este es el mensaje pascual que se nos llama a proclamar, con las palabras y sobre todo con el testimonio de la vida. Que en nuestras casas y en nuestros corazones resuene esta alegre noticia: «Cristo, mi esperanza, ¡ha resucitado!» . Que esta certeza refuerce la fe de cada bautizado y aliente sobre todo a cuantos están afrontando mayores sufrimientos y dificultades”.  

Francisco también se refirió a las mujeres y a su rol en este tiempo difícil, luego de rezar la oración mariana. “Hemos escuchado – fueron sus palabras - que las mujeres anunciaron la Resurrección de Jesús a los discípulos. Hoy quisiera recordar con ustedes lo que hacen muchas mujeres, especialmente en este tiempo de emergencia sanitaria, para ocuparse de lo demás y atenderlos; mujeres médico, enfermeras, agentes de las fuerzas de seguridad y de las cárceles, empleadas de comercio y dedicadas a la producción de bienes de primera necesidad…, y tantas mamás, hermanas, abuelas que se encuentran encerradas en casa con toda la familia, con los niños, ancianos y discapacitados, A veces, ellas corren el riesgo de sufrir la violencia, por una convivencia en la cual deben cargan con un peso demasiado grande. Roguemos por ellas, para que el Señor les de fuerza y para que nuestras comunidades puedan sostenerlas junto a sus familias”. “Que el Señor nos dé el coraje de las mujeres, para ir siempre adelante”. 

“Quisiera recordar con gran afecto a todos los países azotados por el coronavirus, con números que a veces son grandes: Italia, Estados Unidos, Francia, España y tantos otros”. 

“Renuevo el deseo de una feliz pascua a todos, de corazón. Permanezcamos unidos en la oración con el compromiso de ayudarnos unos a otros, como hermanos”.