Iglesia china: más viva, tras la prueba de la pandemia
de Teresa Xiao

Durante este período de pandemia, los fieles se han topado con muchas dificultades, pero también han experimentado un crecimiento espiritual. Las liturgias en WeChat fueron seguidas por cientos de miles de fieles. Un tiempo importante para las familias, y para la educación religiosa de sus hijos en el hogar. Lecturas bíblicas, cantos y homilías en abundancia; el vacío, por no poder recibir la eucarístía.


Shanghái (AsiaNews) – “¡Cristo ha resucitado! ¡Realmente ha resucitado!”: este anuncio de la liturgia pascual expresa muy bien el entusiasmo que sentimos después de haber pasado una larga Cuaresma, no de 40, sino de 80 días, aislados a causa de la pandemia. En todo este período, los fieles se han topado con muchas dificultades, pero también han experimentado un crecimiento espiritual. 

Por semanas enteras, la mayor parte de los sacerdotes tuvo que celebrar la misa en soledad. Sin embargo, los domingos y los días de fiesta, buscaron la manera de transmitir la liturgia por WeChat [el WhatsApp chino] y los participantes virtuales se contaron por decenas, cientos, ¡e incluso miles!  Esto sucedió en muchas diócesis: Ningbo, Zhengding,  Shanghái, Ningde, Beijing, Shantou, Liaoning,… los fieles trataron de “participar” en la misa transmitida en directo, no solo desde China, sino también desde otros lugares: Hong Kong, Macao, Taiwán, Filipinas y Malasia. Además, pudieron asistir a la misa y a las liturgias del Triduo pascual, celebradas por Papa Francisco y transmitidas desde el Vaticano. 

Durante el período de la pandemia, que para China comenzó el 23 de enero y se extendió hasta abril, las aldeas y los vecindarios estuvieron totalmente bloqueados. Sin embargo, los sacerdotes no interrumpieron su actividad pastoral. Cada uno tiene su grupo de WeChat, y gracias a esto, miles de personas pudieron recibir material en vídeo y escrito: misas, homilías, lecturas bíblicas, oraciones, artículos y vídeos. 

Este tiempo también ha sido importante para las familias y para la educación religiosa de sus hijos [1]. A falta de la liturgia semanal, las familias buscaron el modo de rezar juntas más seguido, contando con la celebraciones de la liturgia de la Palabra en las cuales cada domingo, por turnos, se explicaba el Evangelio, se cantaba, se leía. En varias ocasiones, las familias organizaron lecturas continuas de la Biblia. Por lo que parece, entre los libros que más gustan a los chinos figuran los libros sapienciales y los cuatro evangelios. 

Varias familias dicen que se sienten entusiasmadas porque sus hijos estudian y se forman en la fe directamente con la Biblia y la liturgia. También los padres y esposos de familia, que habitualmente no tienen tiempo para ello, ahora sienten gusto por la oración en familia y por la lectura de los libros sacros. Antes quizás rezaban el Rosario a toda prisa, y cuando iban a misa, no prestaban atención a las lecturas; ahora es distinto, la Palabra de Dios llega a ellos en abundancia. Sin embargo, como no pueden recibir la eucaristía, sienten un vacío. 

Durante la Semana Santa, se aligeró un poco la cuarentena y entonces los sacerdotes y religiosas pudieron visitar a los enfermos, confesar a los fieles (con reserva de turno, a distancia, ¡y llevando mascarillas!) y rezar por los difuntos de la pandemia.  

Previo al domingo de Pascua, los sacerdotes bendijeron los huevos de Pascua y gracias a los catequistas, pudieron distribuirlos entre los fieles, casa por casa. 

Con la Santa Pascua, hemos vuelto a ver la esperanza surgir en todo el mundo, aún cuando esté marcado por la pandemia. Pero esperamos la fuerza del Espíritu Santo: la Iglesia se vuelve más viva después de cada prueba. 



[1] En China, tras la introducción, en el 2018, de los Nuevos reglamentos sobre las actividades religiosas, se prohibió la educación religiosa de los menores de 18 años. La crisis de la pandemia y el uso de las redes sociales ha permitido sortear esta norma [ndr].