El coronavirus relanzó la “cercanía humana y social”, en el luchar “por nuestra casa común”. Los cristianos distribuyen ayudas a los musulmanes, solidaridad sin distinciones de religión. Miles de personas siguen cada día la misa es transmitida en la página social del patriarcado. Los augurios a los musulmanes por el inicio del Ramadán.
Bagdad (AsiaNews) - En la emergencia coronavirus, también en Irak, “se registraron episodios de gran ayuda y solidaridad entre cristianos y musulmanes”, una “cercanía humana y social” que se concretiza “en muchos modos: en el mismo barrio una persona rica distribuye paquetes alimentarios a los necesitados”. s cuanto subraya a AsiaNews el primado caldeo, Card. Louis Raphael Sako, narrando la situación del país árabe en el contexto de la pandemia de Covid-19, que ha causado hasta ahora casi 1.700 contagios y 83 víctimas oficiales. “También la Iglesia iraquí-agrega el purpurado-se prodigó donando 90 mil dólares, distribuidos a las varias parroquias y que los sacerdotes han usado para ayudar a las personas, sin distinción de religión”.
Ayudas y solidaridad que, en estas semanas, corren a lo largo de un largo andén. “También algunas mezquitas y musulmanes-afirma el patriarca Sako- están ayudando y su obra fue realizada en beneficio de algunos cristianos.En un contexto de emergencia, cuando una persona viene a pedir ayuda no se hacen discriminaciones”. La pandemia, prosigue, “favoreció también un retorno a la religión o mejor a la fe...Hay necesidad de Dios, de una ayuda sobrenatural, de una razón sobre el sentido de la vida y del mundo. Esto lleva también a una conversión, a un retorno a los valores espirituales”.
Si bien el gobierno de Bagdad haya aflojado algunas clausuras, entre las personas “persiste aún el difundido miedo de salir”. Muchos en realidad, narra el Card. Sako, “no respetamos una ley, sino seguimos el instinto y se quedan en casa, usando internet y el celular para mantener los contactos, tener noticias, seguir las liturgias como la misa que celebramos cada tarde y transmitimos en la página Facebook del patriarcado caldeo.
Miles de familias se conectan y siguen la misa. “Las casas-explica el purpurado-se convirtieron en verdaderas y propias iglesias domésticas, la espiritualidad se reforzó y también la relación con los caldeos de la diáspora”. En ocasión de la Pascua la red y los medios sociales permitieron mantener vivas las relaciones con la comunidad en todo el país, en una fase de reclusión y distanciamiento “porque el virus no conoce confines, aunque si l clima u otros factores pueden haber ayudado a limitar los contagios”.
“Para la Pascua-confía el patriarca- hemos recibido muchas cartas y mensajes de augurios, también de líderes musulmanes y autoridades políticas entre las cuales el nuevo Premier. Entre los muchos augurios, uno me impactó en modo particular: una autoridad religiosa musulmana que usó la palabra “fiesta de resurrección” y me dijo que “Cristo realmente resucitó”. Me dejó muy maravillado”
La emergencia coronavirus “cambiará la realidad, se deberá buscar un nuevo orden, reforzar la solidaridad y respetar la vida, basta de guerra, de armas, ocuparse del ambiente y luchar contra la contaminación, cuidar nuestra casa común”, prosigue el primado caldeo. “Estoy convencido-agrega-que en el futuro no habrá más guerras de religión o civilización, sino conflictos siempre más económica”. He aquí porque servirán “mayor justicia social, igualdad entre las naciones, no se pueden más descuidar de los pobres. El orden mundial deseado por los EEUU en los primeros a los años 2.000 ya terminó”.
Por último, el Card. Sako dirige un pensamiento a los musulmanes para el inicio (hoy) del Ramadán, el mes sagrado de ayuno y oración islámico. “La religión tiene un mensaje, viene de Dios y el centro es el hombre que debe vivir en el respeto y en la dignidad. Basta con la violencia y los choques sectarios, es necesario construir una sociedad digna para todos los ciudadanos los ciudadanos. Esto-concluye- es un tiempo de amor y misericordia, de no violencia. Cristianos, hebreos, musulmanes... el mensaje religioso no sólo es para un grupo específico sino que es para todos, cada hombre debe vivir la propia espiritualidad con Dios”.