Papa: Como en Emaús, elegir el camino de Dios, no el del yo; el camino del sí, no el de los ‘si’

Antes del Regina Caeli, celebrado desde la biblioteca vaticana, el Papa Francisco comenta el episodio de los dos discípulos de Emaús, su “viaje de ida”, en la tristeza; y el del “retorno”, en la alegría del encuentro con el Señor resucitado. “Abrir el corazón, confiarle los pesos, la fatiga, las desilusiones de la vida”, “tomar en mano el Evangelio”, “rezar a Jesús”. La jornada mundial de las Naciones Unidas contra la malaria. Leer cada día un pasaje de la Biblia. La Carta y las oraciones a los fieles para el mes de mayo.

 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) –“Elijamos el camino de Dios, no aquel del ‘si’. Descubriremos que no hay imprevisto, no hay subida, no hay noche que no podamos afrontar con Jesús”: es la conclusión que sacó el Papa Francisco hoy, comentando el Evangelio del tercer domingo de Pascua (año A, Lucas 24,13-35), que narra el episodio de los discípulos de Emaús.  

En la cita dominical desde la biblioteca vaticana, antes del Regina Caeli, el pontífice describió “el viaje de ida de los discípulos... que, tristes por el epílogo de la historia de Jesús, el viaje “de regreso”, para anunciar a los discípulos el encuentro con el Señor resucitado. “Dos viajes, el primero, de día cuesta abajo, transcurre “en la tristeza”, mientras el segundo, cuesta arriba y de noche, lo hace “en la alegría”. 

“En el primero está el Señor caminando a su lado, pero no lo reconocen; en el segundo ya no lo ven, pero lo sienten cerca de ellos. En el primero están desanimados y desesperanzados; en el segundo corren para llevar a los demás la bella noticia del encuentro con Jesús Resucitado”.

También hoy, continuó, “nos dicen hoy que en la vida tenemos ante nosotros dos direcciones opuestas:está el camino de los que, como aquellos dos del principio, se dejan paralizar por las desilusiones de la vida y van adelante con tristeza, y está el camino de los que no se ponen a sí mismos y sus problemas en primer lugar, sino a Jesús que los visita, y a los hermanos que esperan su visita. Este es el punto de inflexión”, afirmó el Papa: “dejar de orbitar alrededor de uno mismo, a las decepciones del pasado, a los ideales no realizados, a tantas cosas feas que han pasado en la propia vida", y "seguir adelante mirando a la realidad más grande y verdadera de la vida: Jesús está vivo, Jesús me ama”.

“El cambio de marcha es este: pasar de los pensamientos sobre mi yo, a la realidad de mi Dios; pasar - con otro juego de palabras - de los “si” a “sí… Del lamento a la alegría y a la paz”. 

“Este cambio de marcha ¿cómo ocurrió este cambio de paso, del “yo” a Dios, y de los “si” a los “sí”, de los discípulos? La respuesta es “encontrando a Jesús”: los dos de Emaús le abren primero su corazón, luego le escuchan explicar las Escrituras, y entonces lo invitan a casa. Son tres pasos que también nosotros podemos cumplir en nuestras casas: primero, abrir el corazón a Jesús, confiarle las cargas, los cansancios, las desilusiones de la vida, confiarle los "si"; y después, el segundo paso, escuchar a Jesús, tomar el Evangelio en mano, leer hoy este pasaje, el capítulo veinticuatro del Evangelio de Lucas; tercero, rezarle a Jesús, con las mismas palabras que aquellos discípulos: «Señor, quédate con nosotros» (v. 29):  con todos nosotros, porque te necesitamos para encontrar el camino. Y sin Ti está la noche”

Después de la oración mariana, Francisco recordó que ayer se celebró la Jornada mundial de las Naciones Unidas contra la malaria: “Mientras estamos combatiendo la pandemia de coronavirus-dijo- debemos llevar adelante el compromiso de prevenir y curar la malaria, que amenaza a millones de personas en muchos países. Estoy cerca a todos los enfermos, a cuantos los curan y a aquellos que trabajan para que cada persona tenga acceso a buenos servicios sanitarios de base”.

Recordando luego que hoy, en Polonia, se celebra la “Lectura nacional de la Sagrada Escritura”, él exhortó “como lo hice otras veces”, a leer cada día algún pasaje de la Biblia, “llevando consigo” una copia del libro sagrado.

Antes de concluir, él subrayó de nuevo el valor del Mes de mayo, dedicado a la devoción mariana y a la oración del rosario. “Dentro de pocos días-explicó-iniciará el mes de mayo, dedicado en modo particular a la Virgen María. Con una breve Carta-publicada ayer- invité a todos los fieles a rezar en este mes el santo Rosario, junto a 2 oraciones que puse a disposición de todos. Nuestra Madre nos ayudará a afrontar con más fe y esperanza el tiempo de prueba que estamos atravesando”.