Ramadán: un tiempo para reforzar el diálogo entre los credos en Sri Lanka
de Melani Manel Perera

Los líderes musulmanes piden un mayor esfuerzo común para combatir el coronavirus. En este momento, “la generosidad debe ser la mano rectora” de todas las personas. Crece el numero de infectados en la isla. Imponen restricciones, que se prolongarán durante el mes sagrado. La falta de trabajo y la pérdida de remesas del exterior azotan duramente a los esrilanqueses. 

 


Colombo (AsiaNews) – Para la comunidad musulmana de Sri Lanka, el Ramadán, el mes sagrado que el islam dedica al ayuno y a la oración, debe ser un tiempo para reforzar el diálogo y la comprensión entre los distintos credos. 

“Mientras el país y el mundo entero están tomados por la pandemia, la generosidad debe ser la mano rectora de todas las personas”, explica a AsiaNews el jeque Abdulla Abdul Rahman, activista y miembro del Programa para el Diálogo Interreligioso de Negombo. 

Al día de hoy, según las autoridades esrilanquesas, los infectados en la isla suman 567, con 7 muertos, El principal foco se registra en la base naval de Welisara, cerca de Colombo. El número de infectados, sumando oficiales y marineros, llega a 180. Las 4.000 personas que viven en el predio se encuentran en cuarentena. 

Luego de un pico de contagios, particularmente en el área de la capital, densamente poblada, el gobierno ha prolongado las medidas de confinamiento social y el bloqueo de las actividades, en principio, hasta el 3 de mayo.

Las autoridades religiosas musulmanas han invitado a todos los fieles a acatar la prohibición de no reunirse en público. Por tanto, durante el Ramadán, no se podrá rezar en la mezquita, y las oraciones serán exclusivamente en casa. Los lugares de culto islámicos solo permanecerán abiertos para los imanes y muecines. En las mezquitas tampoco se podrá ofrecer comidas para el iftar, el banquete que sigue a la interrupción del ayuno, tras la puesta de sol. 

Para el jeque Rahman, se puede aprender mucho de esta situación de crisis: “Quien sufre, prescindiendo de cuál sea su credo religioso, debe ser ayudado. El Ramadán nos permite entender en qué condiciones viven los pobres; el ayuno es un instrumento que nos acerca a quien padece el hambre a diario”. Él recuerda que para el profeta Mahoma,  una persona no puede definirse como creyente si tiene la barriga llena, mientras su prójimo muere de hambre. 

La falta de trabajo, y la pérdida de las remesas familiares en el exterior, azotan duramente a las familias esrilanquesas. El sector más afectado es la industria de la indumentaria, el motor de las exportaciones del país, un negocio que mueve unos 5 millardos de dólares al año.