Sacerdote chino: Civiltà cattolica y cruces arrancadas
de Shan Ren Shen Fu (山人神父)

Ante las noticias de que las cruces fueron arrancadas de las iglesias de Henan y Anhui, China y el mundo entero callan. Aceptar la violencia parece ser “lo único permitido” para los cristianos de China. En el país, el nacionalismo está destruyendo la justicia y la humanidad. La revista de los jesuitas fue censurada. El diario sobre Wuhan, plasmado por la escritora Fangfang.

 


Beijing (AsiaNews) – “Ahora, cuando se arranca una cruz, los cristianos deben permanecer todos tranquilos y sonrientes”. Es la amarga observación que hace Shanren Shenfu, un sacerdote y bloguero que pertenece a la Iglesia oficial. Su comentario parte de la noticia de que una cruz fue arranca del tímpano de una iglesia de Henan en el día de Pascua, pero él resalta que en China, la Iglesia ya predica que toca aceptar todo, incluso el mal, diciendo que es un bien. Él también cita un artículo de “Civiltà cattolica”, del cual extrae la siguiente conclusión: “Considerar y aceptar la remoción de las cruces como algo cotidiano parece ser la única contribución importante que los fieles católicos chinos y todo el pueblo de Dios pueden dar para la prosecución del Acuerdo [sino-vaticano]”. A través de su blog, supimos que el sitio web de  Civiltà cattolica aparece censurado en China: el artículo al que él hace referencia ha desaparecido (“fue eliminado”). 

Para Shanren Shenfu, el riesgo es que “la aceptación” pase a ser “lo único permitido” para los cristianos de China, que es como convencerse de que “el carbón es blanco”, y no negro.  Y esto, dice, es “una broma muy triste”. 

 

El carbón es de color blanco

Cada vez que quiero escribir un artículo, primero pienso en el posible título. No soy la clase de persona que se vale del título para atraer la atención de los lectores y jamás pensé en hacerlo, pero siempre me dedico mucho a este tema. El título de arriba vino a mi mente ayer, pero no tuve suficiente tiempo para escribir. Otro motivo es que ya no hay mucho de qué escribir: la vida ya parece tan quieta, ya no hay nada que pueda ser cambiado. ¿Acaso no es ridículo lo que vemos hoy en día? 

El 12 de abril, un fiel me envió una foto en la que se ve una cruz sobre una iglesia, en la diócesis de Xinxiang (Henan); la cruz fue retirada en el mismísimo día de Pascua. Esa cruz y esa iglesia tienen casi 100 años de historia. ¡Los fieles exigen que se escriba algo sobre ello! Y qué pienso yo: ¡realmente no hay nada de qué escribir! No es que no sienta más rabia… El punto es que tantísimas personas podrían decir; ¿qué sentido tiene airarse por ello? Además, si te enfadas por esto, ¡pasas a ser considerado un criminal!

Ahora, cuando se retira una cruz, los cristianos deben estar todos tranquilos y sonrientes. De hecho, hace pocos días, la cruz de una antigua iglesia de Anhui también fue removida, ¡y no se habla de ello en absoluto! 

 

Civiltà Cattolica y las cruces arrancadas

El otro día, “Civiltà Cattolica” publicó un artículo redactado por el Padre Lombardi, sobre “La historia de las relaciones entre la Santa Sede y China”. Llegué a leerlo una sola vez, y el artículo ya había sido eliminado [de Internet]. Es realmente una pena no haber podido guardar ese artículo. Respecto a la conclusión de este artículo, hice un pequeño comentario, que cito en mi artículo: [la conclusión del artículo del P. Lombardi es esta]: “Si el significado y el espíritu del Acuerdo firmado el 22 de septiembre del 2018 fueran comprendidos de forma correcta y positiva, el respaldo y la comunión de los fieles católicos chinos y de todo el pueblo de Dios con el Papa podrían ser una contribución valiosa para la continuidad de un camino ya iniciado, produciendo un fruto cada vez más firme”. Mi comentario personal tiene un final triste, si se va a fondo de lo que dice él. Para poder tener una interpretación correcta y positiva del significado y del espíritu de este Acuerdo Provisorio, hay que apoyarse y estar unidos. Esta es la única manera de contribuir al progreso del Acuerdo, y a partir de aquí, obtener un fruto cada vez más firme. Por tanto, ¡considerar y aceptar la remoción de las cruces como algo cotidiano parece ser la única contribución importante que los fieles chinos y todo el pueblo de Dios pueden ofrecer para la prosecución del Acuerdo!  

 

Pedir perdón

Casualmente, con un grupo de sacerdotes escuché la homilía del Padre Fei Jisheng, titulada “La reflexión durante un periodo de dificultades”. Los comentarios de los fieles chinos son muy positivos. El Padre Fei es una persona elocuente, que sabe citar la Biblia de un modo espontáneo, y sus fieles lo aprecian. Luego de escuchar la reflexión del Padre Fei, decidí escribir este artículo, y el título surgió casi de manera espontánea. Su reflexión habla precisamente de esto: cómo, siendo cristianos, se debe aceptar la remoción de las cruces de parte de las autoridades de gobierno. Sus razones son muy simples: primero, cada cosa que sucede es voluntad del Señor; segundo, a través de ello, Dios enseña a sus fieles a reconocer los pecados propios; porque, a fin de cuentas, son justamente los pecados cometidos por la Iglesia los que producen estos hechos. ¡La conclusión es que no hay que lamentarse, sino confesarse! Este es mi resumen superficial de la profunda reflexión del Padre Fei. No sé si alguien siente lo mismo que yo: estas palabras podrían caer en un error.

La idea corriente es que el carbón es de color negro, pero ahora se educa a la gente para que diga que es blanco. Para hacer que las personas crean que el carbón es blanco, se procede de múltiples maneras, con manifestaciones, palabras y carteles. Los motivos que alegan las autoridades para retirar las cruces son múltiples, entonces, ¿realmente los cristianos tienen que buscar dentro de sí el motivo por el cual una cruz es demolida? ¿No pueden seguir sosteniendo, lisa y llanamente,  que el carbón es de color negro?

En el sacramento de la confesión, ¿debo hacerme cargo del pecado cometido por otros, y ya no debo juzgar más los hechos cuya naturaleza es malvada?  

 

El diario de Fangfang

Los valores de la sociedad china han culminado es un caos absoluto, y si nos atenemos a las críticas al diario de Fangfang[1], ya se percibe este caos. Algunas personas mezquinas se han puesto a buscar viejos discursos pronunciados por la Prof. Liang Yanping de la Universidad de Hubei, y la han denunciado ante la universidad para que se tomen medidas severas contra ella. Y esto, solo porque ella se expresó a favor del artículo escrito por Fangfang. La impresión de la gente es que Fangfang y la profesora Liang están de acuerdo. Y lo están, porque afirman la justicia y anuncian la humanidad. 

¿Desde cuándo la justicia y la humanidad se han vuelto menos importantes que la nación? Las cruces que simbolizan la fe cristiana son retiradas, arrancadas, y los cristianos no solo no pueden detener este acto, sino que además no pueden siquiera pronunciarse contra ello. ¡La aceptación ya parece ser lo único permitido para ellos! 

El carbón blanco es una mentira, y una broma. Como dicen algunos: “No hay mentira que no te atrevas a contar, no hay límite que no te atrevas a superar, y no se sabe cuántas personas más deberán ser sacrificadas”. Por todo ello, ¡esta es una broma muy triste! 

 

Modificado el 28 de abril del 2020

 


[1] Fangfang es una escritora famosa. Su verdadero nombre es Wang Fang. Ella llevó un diario de su vida en Wuhan durante la epidemia de coronavirus, en el cual también expresó críticas hacia el gobierno por la gestión de la crisis. En China, la noticia de que su diario será publicado en los Estados Unidos en el mes de junio, ha desencadenado las críticas de los nacionalistas, que la  acusan de liquidar el honor del país en el extranjero.