Siria: el Covid-19 ha paralizado la economía y la vida social, peor que bajo las bombas

Las clausuras impuestas para contener el coronavirus han agravado las situación ya frágil. Los más afectados son los trabajadores jornaleros, los artesanos y los pequeños empresarios. Dudas sobre las reales estimaciones de los contagios dados por las autoridades. Llegan dentro en los próximos días los 10 respiradores donados por el Papa Francisco a los “Hospitales abiertos”.

 


Damasco (AsiaNews) - Las clausuras impuestas en la óptica para contener el coronavirus han “paralizado” la vida social y “congelado” la economía ya frágil a causa de la guerra de las sanciones internacionales contra el gobierno de Damasco. es cuanto afirman algunas personalidades cristianas del país, según las cuales siempre más personas están en  dificultad y los más afectados son los trabajadores jornaleros, los artesanos y los pequeños empresarios que se confiaban en las ganancias cotidianas para sobrevivir.En estos días, mientras tanto, está prevista la consignación de los 10 ventiladores donados el mes pasado por el Papa Francisco a través de la Congregación oriental a las 3 culturas católicas presentes en el país y parte del proyecto “Hospitales abiertos”.

Como refiere Nabil Antaki, médico cristiano de Alepo, la gran parte de las actividades siguen cerradas, a parte los negocios de alimentos, las farmacias y las panaderías. La actividad de gran parte de las escuelas, universidades, fábricas y talleres están todavía suspendidas y continúa el estado de sitio de las 18 a las 6 de la mañana sucesiva. En su mayoría, los ciudadanos siguen los protocolos que prevén “mascarillas, evitar los besos que es un gesto de bienvenida común en Oriente Medio y el uso de soluciones desinfectantes”.

Ofrecer a los trabajadores, otras categorías en dificultad son “los jubilados, ninguno de los cuales “tiene una fuente de rédito”.Sus dificultades “son exacerbadas por el hecho que en este momento de una pandemia global, las organizaciones caritativas y las organizaciones no gubernamentales han reducido sus actividades”.

Recientemente personalidades cristianas han pedido la cancelación de las sanciones, para mitigar los sufrimientos de la población. Desde el arzobispo maronita de Damasco que habla al país en la “fosa”, al vicario apostólico de Alepo según el cual son un “crímen” que “hunde a la población”, pasando por un médico cristiano que las considera un “obstáculo” en la lucha al Covid-19 se multiplican las voces críticas. Entre éstas el mismo Papa Francisco, que en el mensaje pascual pidió que “se alivien (...) las sanciones internacionales”, sin nombrar Siria ni Irán.

“Vivimos este momento-subraya el  p. Ibrahim Alsabagh, de  la parroquia latina de Alepo, en una videoconferencia organizada por Pro Terra Sancta, con gran dificultad. El sacerdote confirma que “el coronavirus alcanzó a Siria” con un cómputo oficial de 47 contagiados, al menos 3 víctimas y 27 personas curadas. Pero, fuentes de AsiaNews, refieren que “los datos ofrecidos no son verificables” y las autoridades “iniciaron un rígida censura” sobre la pandemia en el contexto “de una propaganda que nadie se atreve” a criticar.

En este contexto están destinadas a aumentar las dificultades de la gente común. “El alto costo de la vida- explica el p.Ibrahim - se ha disparado”. Un trabajador estatal, cuyo sueldo en un tiempo bastaba para garantizar un rédito estable y digno para la familia, hoy no logra ni siquiera “comprar pan y cebolla para un mes”. Las persona, prosigue, “llaman a la puerta del convento para pedir ayuda”y les entregan “paquetes de alimentos, medicamentos y ayudas en dinero” para las “intervenciones quirúrgicas”. Sin embargo, el primer problema “es el hambre y todos concuerdan en el afirmar que “la situación actual es peor respecto a cuando la ciudad estaba bajo las bombas”.