Bajo la mira, las grandes multinacionales como Apple y Nike, acusadas de enriquecerse a costas de la explotación de la población islámica de la región. Naciones Unidas: hay un millón de uigures encerrados en campos de concentración. Decenas de miles obligados a realizar trabajos forzados para las grandes marcas internacionales. Francia exige poner un freno a las violaciones y pide que intervenga la ONU.
Beijing (AsiaNews/Agencias) – Estalla la protesta internacional contra la violación de los derechos humanos en Xinjiang, perpetrada por las autoridades chinas. Activistas de End Uyghur Forced Labour acusaron a algunas grandes multinacionales, incluso a Nike y Apple, de actuar en connivencia con el gobierno chino y de enriquecerse a costas de la explotación de los uigures.
Los datos de los expertos, que han sido confirmados por las Naciones Unidas, sostienen que hay más de un millón de uigures (sobre una población de casi 10 millones) y de otras minorías de habla turca y credo islámico detenidos arbitrariamente en Xinjiang, el “Turquestán oriental”, como lo denomina la población local.
Activistas por los derechos humanos y numerosos gobiernos, entre los cuales figuran Estados Unidos y la Unión Europea, describen los centros de detención como verdaderos campos de concentración. Para Beijing, se trata de institutos educativos para combatir el terrorismo, el separatismo y el extremismo religioso.
Según el Australian Strategic Policy Institute (ASPI), más de 80.000 internados uigures son empleados en fábricas ubicadas fuera de Xinjiang, como parte del programa gubernamental de “reeducación”. Para quienes trabajaron en la redacción del estudio, estos ciudadanos chinos son sometidos a “trabajos forzados”, y explotados por 83 grandes marcas internacionales.
A causa de los abusos cometidos contra los uigures, la administración Trump invitó a las empresas estadounidenses a cortar todos sus lazos con los proveedores en Xinjiang, una petición que también fue presentada por End Uyghur Forced Labour. Nike y Apple respondieron que han iniciado una investigación sobre las condiciones laborales de los trabajadores uigures y de otras minorías locales.
Washington ya ha dictado sanciones contra funcionarios chinos a quienes considera responsables de la campaña represiva en Xinjiang. Hace algunos días, el gobierno británico aclaró que no excluye la posibilidad de adoptar medidas similares. Por su parte, la Unión Europea está examinando algunas iniciativas para obligar a sus empresas a controlar el accionar de sus proveedores en la región autónoma china.
En tanto, el gobierno francés declaró que el trato que reciben los uigures por parte de las autoridades chinas es “inaceptable” y representa una violación de los derechos humanos. Ayer, en un discurso frente al Parlamento, el ministro de Relaciones Exteriores Jean-Yves Le Drian solicitó a China que permita el ingreso a Xinjiang del alto comisario de las Naciones Unidas para los derechos humanos. “En base a las informaciones que poseemos, – declaró Le Drian – en la región existen campos de concentración para los uigures, detenciones masivas, desapariciones, trabajos y esterilizaciones forzados, y se perpetra la destrucción del legado [cultural] uigur”.