Card. Gracias: Nunca más el uso de lo nuclear, a 75 años de la bomba de Hiroshima
de Nirmala Carvalho

El arzobispo de Mumbai rezó por la paz en el mundo, recordando las visitas a Hiroshima y Nagasaki del Papa Francisco (2019) y de Juan Pablo II (1981).

 


Mumbai (AsiaNews) – “Nunca más se usen las armas nucleares (que han producido) tanta devastación, destrucción, vidas perdidas, sufrimientos y tragedias”. Es la invitación que el Card. Oswald Gracias, arzobispo de Mumbai, dirigió durante la misa celebrada esta mañana en recuerdo de los 75 años del lanzamiento de la primera bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima (Japón). A causa de la emergencia pandemia, la misa fue transmitida en streaming. Las celebraciones del Card. Gracias están entre las más seguidas en el mundo de lengua inglesa. 

Hablando desde un país que una potencia nuclear, junto a su vecino Pakistán, el Card. Gracias exhortó: “Recemos por la paz, la paz en el mundo”.

Él recordó la visita del Papa Francisco a Japón en noviembre del año pasado, cuando el pontífice visitó Hiroshima y Nagasaki, afectadas por las bombas respectivamente el 6 y el 9 de agosto. En su visita, el Papa Francisco declaró que el uso bélico de la energía atómica “es un crimen no sólo contra la dignidad de los seres humanos, sino contra cualquier futuro para nuestra casa común”. El Papa definió como “inmoral” también la sola posesión de las armas nucleares.

Después de la bendición final, el arzobispo de Mumbai invitó a todos una oración que Juan Pablo II había compuesto y la recitó delante del Hiroshima Peace Memorial Park el 25 febrero de 1981:

Y al Creador de la naturaleza y del hombre, de la verdad y de la belleza, elevo una oración:

Escucha mi voz, porque es la voz de las víctimas de todas las guerras y de la violencia entre individuos y las naciones;

Escucha mi voz, porque es la voz de todos los niños que sufren y sufrirán cada vez que los pueblos repongan su confianza en las armas y en la guerra;

Escucha mi voz, cuando Te ruego para que infundas en los corazones de todos los seres humanos la sabiduría de la paz, la fuerza de la justicia y la alegría de la amistad; 

Escucha mi voz, porque hablo por las multitudes de cada país y de cada período de la historia que no quieren la guerra y están listas para recorrer el camino de la paz;

Escucha mi voz y dónanos la capacidad y la fuerza para poder siempre responder al odio con el amor, a la injusticia con una completa dedicación a la justicia, a la necesidad con nuestra misma participación, a la guerra con la paz. 

¡Oh, Dios! escucha mi voz y concede al mundo para siempre Tu paz.