Los católicos bielorrusos apoyan a mons. Kondrusiewicz, ‘exiliado’
de Vladimir Rozanskij

Todavía no hay ninguna explicación oficial para la negativa del ingreso al país al arzobispo de Minsk. Mons. Kosobutskij: Los obispos tienen el derecho y el deber de no permanecer indiferentes ante lo que sucede en la sociedad. El gobierno no invitó representantes católicos al Consejo consultivo interreligioso: “Es una nueva forma de persecución”. Las protestas llegan a su vigésimo quinto día. Las similitudes con Solidarność.


Moscú (AsiaNews) - Los católicos bielorrusos expresan su consternación y expectativa, luego de que las autoridades aduaneras denegaran el ingreso al país al arzobispo Tadeusz Kondrusiewicz. El vicario general de la arquidiócesis de Minsk, mons. Jurij Kosobutskij (foto 4), concedió una entrevista al sitio catholic.by, en la que expresa su asombro y preocupación por una situación “complicada e incomprensible”. Hasta ahora, no ha habido ninguna explicación oficial de la negativa. 

Desde Bialystok, donde se aloja actualmente, el metropolitano Kondrusiewicz envió un mensaje a los fieles. Invitó a todos a unirse en la oración, pidiendo que se resuelva esta desagradable situación, y en general, por la solución pacífica de la crisis social y política que atraviesa el país. Él no quiere que su “exilio” en Polonia contribuya de alguna manera a empeorar el clima en Bielorrusia. Kondrusiewicz subraya que todas sus intervenciones fueron absolutamente sinceras y transparentes, y que por tanto, no hay razón para sospechar de una participación suya en un complot contra el Estado.

Kosobutskij destaca que “todos los miembros de la Iglesia Católica, y en primer lugar los obispos, tienen el derecho y el deber de no paermanecer indiferentes ante lo que sucede en la sociedad”, y no se trata de entrometerse en la política: el líder de la Iglesia Católica local no ha apoyado a ningún candidato; ha hecho un llamamiento a la honestidad, al diálogo y al cese de la violencia, es decir, a los principios morales y al interés común”. Según el vicario general, “Lukašenko fue mal informado, y además él mismo admite que no ha tenido suficiente información al respecto”. Como cualquier obispo. Kondrusiewicz puede viajar a Roma y recibir encargos y tareas del Papa, pero no así de otras autoridades como Varsovia, Moscú u otros países. El calendario de fines de agosto del arzobispo estaba plagado de celebraciones en Bielorrusia, con varias visitas a parroquias, y ya se habían fijado otras importantes visitas pastorales a su regreso de Polonia. Además, la diócesis precisa que “mons. Kondrusiewicz solo posee la nacionalidad bielorrusa”.  Lukashenko había difundido la noticia de que el prelado contaría con pasaportes de varias nacionalidades, como si fuese un espía.

Es evidente, continúa Kosobutskij, que se “busca presionar a la Iglesia Católica bielorrusa,  y esto es una forma de persecución de la Iglesia, aún cuando nadie quiera hablar de ello abiertamente; pero nosotros conocemos bien la persecución, puesto que la hemos sufrido durante todo el período soviético”.  

Vale la pena recordar que los dirigentes soviéticos, y en particular Nikita Khruščev, habían escogido Bielorrusia como el país donde erradicar completamente la religión, “mostrando al último cura en la tevé”. Mons. Kosobutskij observa que el 31 de agosto, el gobierno convocó a  una reunión del Consejo consultivo interreligioso, pero los católicos ni siquiera fueron invitados, a pesar de que representan la segunda confesión del país. A su modo de ver, la no-invitación  depende del hecho de que “nosotros siempre tenemos algo que responder ante los reclamos infundados de las autoridades”.

Un caso evidente de persecución es el de la “iglesia roja”, bloqueada por los Omon hace pocos días y que lleva meses en aprietos por las inusitadas pretensiones fiscales que imponen para su utilización. De todos modos, recuerda Kosobutskij, “las dificultades no nos dividen; al contrario, nos unen. Por ejemplo, un grupo de mujeres ortodoxas vino ayer para rezar con nosotros en la catedral de la paz y la concordia, y para pedir por un rápido retorno del líder católico bielorruso, y estamos muy agradecidos a ellas”. 

El secretario de Estado de los EEUU, Mike Pompeo, expresó su apoyo al metropolitano Kondrusiewicz y a los católicos bielorrusos: “Las autoridades bielorrusas - escribió Pompeo en Twitter - deben permitir el regreso del arzobispo, para que él pueda ocuparse de su grey en estos días de protestas. Él y todo el pueblo bielorruso deben tener a posibilidad de gozar de sus libertades fundamentales, incluyendo la libertad religiosa”. 

En tanto, las protestas en Bielorrusia prosiguen por vigésimo quinto. día, y merecen particular atención  las marchas pacíficas de las mujeres (foto 2; véase:  https://interfax.by/news/policy/mnenie/1282335/), y las huelgas en muchas empresas (foto 1), sobre todo de los estudiantes y de los trabajadores de las minas. Nos recuerdan las huelgas polacas de Solidarność en los años ‘90 y ‘80 del siglo pasado, manifestaciones que culminaron con la caída del régimen comunista y cuya resonancia se sintió especialmente en Bielorrusia.