En ausencia de un nuncio apostólico en Bielorrusia, el Secretario de Relaciones con los Estados del Vaticano desea dialogar con las autoridades gubernamentales sobre el permiso denegado al arzobispo de Minsk, metropolita Tadeusz Kondrusiewicz, para regresar al país. Obispos rusos: ¡No tengan miedo! El pueblo de Dios ruega por Bielorrusia. Nuevos arrestos y hechos de violencia en la iglesia roja de Minsk.
Moscú (AsiaNews) - El secretario de Relaciones con los Estados del Vaticano, arzobispo Paul Richard Gallagher, viajó a Bielorrusia para reunirse con las autoridades políticas. El 11 de septiembre por la noche debería entrevistarse con el ministro de Relaciones Exteriores Vladimir Makeev, su "par" en el ámbito diplomático. Monseñor Gallagher está tratando de aclarar las dificultades que llevaron a denegar el permiso para regresar al arzobispo de Minsk, el metropolitano Tadeusz Kondrusiewicz, en estos días de protestas en todo el país. El sitio web bielorruso Naviny.by (1599818905-v-belarus-pribyl-vysokopostavlennyy-chin-iz-vatikana) informó sobre el viaje de Mons. Gallagher.
El vicario general de la arquidiócesis de Minsk, Mons. Jurij Kosobutsky, declaró en los últimos días que la situación del metropolitano no era un hecho aislado; por el contrario, las autoridades están presionando en varios niveles a la Iglesia católica, comprometida con el pueblo bielorruso en la búsqueda de la verdad y la justicia. El Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) publicó a su vez el 2 de septiembre una declaración sobre el arzobispo exiliado, esperando "que sólo se trate de un desafortunado malentendido que pueda resolverse lo antes posible y que tales incidentes no se repitan en el futuro".
Tras el permiso denegado a Kondrusiewicz, la situación en Bielorrusia empeoró con la expulsión de los líderes de la oposición contra el presidente Lukashenko. Olga Kovalkova, Anton Rodnenkov e Ivan Kravtsov fueron trasladados por la fuerza al extranjero; Maria Kolesnikova rompió su pasaporte para evitar la deportación y ahora se encuentra en régimen de aislamiento por cargos de conspiración contra el orden constituido. Incluso la escritora y premio Nobel Svetlana Alekseevič fue amenazada por agentes de Omon en su propia casa, y solo la intervención de diplomáticos occidentales impidió que la arrestaran.
Como ocurre normalmente en casos tan delicados, la Santa Sede se ha abstenido hasta ahora de hacer comentarios oficiales sobre la situación bielorrusa en general o sobre el caso de Mons. Kondrusiewicz. Otra dificultad consiste en la falta de un nuncio apostólico en Bielorrusia, cuya aceptación oficial no se ha completado todavía. Por esa razón, el “ministro de Relaciones Exteriores” del Vaticano, Mons. Gallagher, asumió la responsabilidad de llevar adelante las negociaciones con las autoridades locales.
El 10 de septiembre se publicó también una carta de la Conferencia Episcopal de Obispos Católicos de Rusia, dirigida a Mons. Kondrusiewicz y firmada por su presidente, el arzobispo de la diócesis de Madre de Dios de Moscú, Mons. Paolo Pezzi. Junto con Mons. Klemens Pickel, obispo de Saratov, Mons. Josif Werth de Novosibirsk y Mons. Cyryl Klimovicz de Irkutsk, el sucesor de Kondrusiewicz en Moscú se dirige a él con las palabras de san Francisco de Asís: “¡Paz y bien! Conocemos las pruebas y dificultades de tu pueblo y las tuyas personales. (...) Querido hermano Tadeusz, recordamos cómo en los albores del renacimiento de la Iglesia en nuestro país asumiste por obediencia el cargo de arzobispo para servir a Rusia, y muchos años después, de nuevo a Bielorrusia. (...) Agradecemos al Señor y te agradecemos a ti por los lazos de comunión en la Iglesia de Dios, para que puedan servirte de apoyo y ayuda en las horas de prueba y sufrimiento. (...) Querido hermano, ahora sientes nostalgia de la patria y sufres por su destino, el destino de tu pueblo, y te encuentras angustiado por la imposibilidad de ejercer tu servicio pastoral. ¡No tengas miedo! El pueblo de Dios ora por Bielorrusia. Confiando en la fuerza de la oración, nosotros expresamos la esperanza de que por la gracia de Dios tú puedas volver pronto a casa y continuar tu ministerio, como diariamente pedimos al Altísimo en nuestras súplicas”.
Durante nuevas protestas en el centro de Minsk, en torno a la plaza de la Independencia, los agentes de Omon intentaron dispersar y arrestar a un grupo de mujeres que se manifestaba en el atrio de la "iglesia roja" de los Santos Simeón y Elena, la iglesia católica que devino centro de los enfrentamientos de las últimas semanas (foto 2). Los hechos fueron filmados por los corresponsales de Tut.by (https://t.me/tutby_official/14445 y https://www.youtube.com/watch?v=Kc1Z09b_h7U). En la filmación se ve a las mujeres tratando de refugiarse en la iglesia roja, mientras los hombres enmascarados bloquean la entrada del edificio. Una de las mujeres, la activista de 72 años Nina Baginskaja, fue golpeada con cachiporras y luego rodeada por un grupo de hombres que estacionaron una camioneta delante de ella. Las protestas se intensifican en vista del anunciado encuentro de Lukašenko con el presidente ruso Putin, el próximo 14 de septiembre, en el cual Rusia reconocerá oficialmente el cuestionado resultado de las elecciones del 9 de agosto pasado.