Templo de Shaolin: el coloso del rubro textil no puede usar nuestra marca

Para los monjes, es evidente que hay un robo de propiedad intelectual. El monasterio es la cuna del kung fu, que se hizo famoso por Bruce Lee. Una de las críticas es que el abad Shi Yongxin transformó el complejo en una empresa global. La acusación es un duro revés para la compañía Semir, que atraviesa serias dificultades a causa del Covid-19.

 


Beijing (AsiaNews) – El templo budista de Shaolin acusa al gigante chino textil de explotar ilegalmente su marca,  “Shaolin Kungfu”.  Desde el mes de agosto, la empresa Semir utiliza la marca para una línea de indumentaria juvenil: según los monjes, se trata de un evidente robo de propiedad intelectual, ya que la empresa jamás solicitó autorización al monasterio. 

Situado en Henan, el templo es conocido por ser la cuna (en el año 495 d.c.) del Kung fu, el arte marcial que devino mundialmente famoso gracias a Bruce Lee y a los actores Jackie Chan y Jet Lin. El abad Shi Yongxin, a quien llaman “el administrador delegado de Shaolin”, transformó el monasterio en una empresa global; en los últimos 23 años, el complejo budista registró 666 marcas.

Con los ingresos de las actividades comerciales, Shi realizó inversiones en propiedades inmobiliarias en el exterior y en China; debido a sus conductas, se atrajo las críticas de los puristas. En el 2017, las autoridades de Henan declararon la falsedad de algunos cargos que se le imputaban. Además de recriminarle el mercadeo de un lugar sagrado y su estilo de vida derrochador, un grupo de monjes acusó a Shi de haber extraído dinero del templo para entregarlo a sus amantes, con las cuales incluso habría tenido hijos. 

Antes de la pandemia de coronavirus, el templo atraía a 1,5 millones de turistas al año. Según el China Business Journal, en el 2017 el complejo obtuvo ingresos por un valor cercano a 37,5 millones de euros. El lugar es patrimonio mundial de la Unesco, y también obtiene beneficios económicos con las películas que suelen filmarse en su interior, y con los cursos y exhibiciones de kung fu que se desarrollan en todo el mundo. 

Para Semir, la denuncia de los monjes Shaolin representa un duro revés. A causa de la pandemia, la compañía oriunda de Zhejiang tuvo que cerrar un décimo de sus 7.500 locales, y en el primer semestre del año tuvo un derrumbe del 97% en sus ganancias, en comparación con el mismo período del 2019.