Minsk: el ‘ayuno’, la receta del obispo metropolitano Venjamin para restablecer la paz
de Vladimir Rozanskij

El flamante obispo metropolitano ortodoxo propone un ayuno de tres días, invocando a la Madre de Dios y a los mártires bielorrusos como testigos, para que se “restablezca el orden” en el país. El acto inaugural “popular” de la Tikhanovskaja, con más de 100.000 manifestantes. Los soldados de la brigada antidisturbios, los Omon, reprimen a los manifestantes. Los guardias urbanos se niegan a participar en la represión. 

 


Minsk (AsiaNews) - Venjamin (Tupelo), el metropolitano ortodoxo de Minsk, sabe cómo restablecer la paz social en su país: ejercitándose en la ascesis ortodoxa. El 23 de septiembre pasado hizo un llamamiento, que posteriormente fue difundido por todos los órganos de la prensa oficial. El prelado se dirigió a los fieles y a toda la población, y dijo: “Con pleno sentido de responsabilidad afirmo, consciente de la importancia de mis palabras, que nadie podrá ayudarnos como Dios. Pido a la Madre de Dios y a todos nuestros santos bielorrusos que sean testigos de mis palabras. Ellos nos enseñan que el bien vence al mal, gracias a la súplica dirigida a Dios”.  

Las solemnes afirmaciones de Venjamin (foto 2) prepararon a todos los bielorrusos para un ayuno de tres días, del 25 al 27 de septiembre, con el objetivo de “restablecer el orden” en Bielorrusia. Si uno se atiene al contexto en que fueron dichas las palabras del obispo metropolitano, se desprende que por “orden”, él entiende el respeto de las normas de la vida socio-política del país, aquellas que el presidente Aleksandr Lukashenko hizo cumplir a lo largo de 26 años. 

A la vez que expresó su ferviente esperanza de que las oraciones del pueblo sean escuchadas por el Altísimo, Venjamin hizo saber que “si mis palabras parecen engañosas, ¡que mi vida llegue a su fin! Pero les ruego escuchar mi llamamiento”. 

Mientras el obispo metropolitano invitaba al ayuno, el 27 de septiembre Minsk presenció una gran manifestación para celebrar “el acto inaugural popular” de Svetlana Tikhanovskaja, líder de la oposición bielorrusa exiliada en Lituania, en contraposición a  la “secreta” y furtiva jura de Lukashenko, el 23 de septiembre. Fue el octavo domingo consecutivo de protestas masivas, que siguen congregando a más de 100.000 personas.

Esta vez también hubo cientos de arrestos, luego de un corte total del acceso a Internet en en la capital bielorrusa. En la calle soplaba un viento muy fuerte, bajo una lluvia persistente. Aún así, la marcha logró llegar a la Plaza de la Independencia por vías alternativas, eludiendo el bloqueo policial y desplazándose hacia otros vecindarios céntricos. Los manifestantes llevaban máscaras y carteles con el rostro de Svetlana Tikhanovskaja (foto 1), y en apoyo de los miembros del Comité de Coordinación de la oposición: Maria Kolesnikova, Maksim Znak y los demás, actualmente arrestados o deportados. Contra el presidente que acaba de tomar el mando del país, resonaron varias consignas: “Lukashenko en el avtozak!”, “¡Vete; tú y tus Omon!”, “¡Este es nuestro país!” y “No mires la TV, ¡mira por la ventana!”. 

Las manifestaciones de los últimos días parecen un gran juego de “policías y ladrones”: la policía trata de bloquear las marchas: éstas se dividen, dando la impresión de que se dispersan, pero luego vuelven a confluir desde las calles laterales, con una perfecta sincronía, a pesar del corte de la conexión a Internet. 

Los Omon presidian el centro de la ciudad de todas las formas imaginables, lo que resulta en una mayor difusión de la protesta. En los barrios más periféricos de la ciudad, los guardias urbanos teóricamente tendrían que cortar los accesos, pero muchos se niegan a participar en la represión. A la vanguardia están los jóvenes, que regulan el flujo de la protesta y se desplazan velozmente para indicar qué rumbo deben tomar los grupos más numerosos, donde no faltan los ancianos. La más acérrima opositora de Lukashenko, Nina Baginskaja, de setenta y tres años, declaró que seguirá saliendo a las calles “mientras sus piernas la sostengan”.