Minuwangoda: culpan a los trabajadores textiles por la propagaciĆ³n del Covid-19
de Melani Manel Perera

Así lo denuncian los activistas sindicales y de derechos humanos. Invitan a los autoridades a inspeccionar cómo viven los empleados de las empresas de indumentaria, como Brandix. Los presuntos contagiados están hacinados en centros de cuarentena, sin que se los someta a pruebas diagnósticas preventivas; los recién nacidos, separados de sus madres. Reclaman una investigación independiente y la intervención de la Corte de Apelaciones. 

 


Colombo (AsiaNews) – Culpan a los trabajadores de la industria textil por la propagación del Covid-19, y la cuarentena que se les impone es una forma de castigo. La alarma, lanzada en los últimos días, viene de algunos activistas sindicales, que abordaron el tema durante un encuentro capitalino en el Centro para la Sociedad y la religión. Acusan a las autoridades de discriminar sectores de la poblacion en la batalla contra la pandemia; además, las invitan a “ver” en qué condiciones se ve obligada a vivir la mano de obra textil, en medio de esta situación de crisis. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el país acumula 5.475 contagiados y 13 muertos. En este momento, el foco principal está en el establecimiento de la compañía Brandix en Minuwangoda. Cabe destacar que el grupo empresarial es uno de los mayores productores locales del rubro de indumentaria.  

En el complejo industrial, el número de contagiados supera 1.500; además del personal, varios familiares y parientes también contrajeron el virus. Se sospecha que la fuente de contagio en el establecimiento son 48 trabajadores que llegaron de la India en un vuelo de chárter. Brandix afirma que siguió todas las indicaciones sanitarias. Sin embargo, las investigaciones revelaron que los inspectores de Salud no supervisaron el proceso de cuarentena del grupo de empleados llegado del exterior.  

Varias organizaciones humanitarias manifestaron su preocupación por el modo en se trata a los operarios del sector textil, uno de los motores económicos de Sri Lanka

La coordinadora del Colectivo de Dabindu, Chamila Thushari contó que el ejército irrumpió en los domicilios de los empleados de Brandix, ordenándoles preparar las maletas en 5 o 10 minutos para luego subir a autobuses oficiales apiñados de gente, y partir rumbo a los centros de cuarentena. La coordinadora cuenta que no se brindó a los trabajadores equipo de protección. Además, sus hijos – incluso aquellos en período de lactancia – fueron separados de las madres.  “La empresa está realizando una investigación interna sobre lo ocurrido, pero pedimos una iniciativa independiente, con la colaboración del Departamento de Trabajo y del Ministerio de Salud”. Por otro lado, Thushari denuncia que mientras los altos directivos de Brandix pasan su cuarentena en hoteles cinco estrellas, los trabajadores del establecimiento están encerrados en centros sanitarios polvorientos.

Ashila Dandeniya es coordinadora del movimiento Stand Up Lanka, y destaca que el foco de Brandix se extendió a la zona de libre comercio de Katunayake. En el área, el problema más grave son los test epidemiológicos: los trabajadores locales temen ser discriminados, y se ocultan para no someterse a las pruebas.

Los activistas resaltan que se presentó una petición ante la Corte de Apelaciones: piden que se protejan los derechos de los trabajadores de las fábricas de indumentaria, una de las mayores fuentes de ingresos del país.