Están en camino hacia la capital para protestar por la reciente reforma agraria. La nueva legislación liberaliza el mercado del sector. Según los pequeños agricultores, favorece a los grandes grupos. La intervención de la Iglesia católica. Primer Ministro Modi: Ayudará a decenas de millones de agricultores.
Nueva Delhi (AsiaNews) - Miles de campesinos provenientes de Punjab se enfrentaron hoy con la policía a 200 km de la capital. Marchaban por la principal autopista del norte del país para protestar por la reciente reforma agraria. Los manifestantes, "armados" con palos y piedras, fueron bloqueados en un puente con cañones de agua y gases lacrimógenos. Después de dos horas de enfrentamiento, la policía despejó la carretera y les permitió continuar hacia Delhi.
El 70% de las familias indias dependen del trabajo agrícola. En los últimos años, las sequías recurrentes han empobrecido a esta franja de la población y la situación se ha agravado por la pandemia del Covid-19. La legislación que se aprobó a fines de septiembre liberaliza el mercado agropecuario: los agricultores indios ahora pueden vender a cualquiera y a cualquier precio, y ya no estarán obligados a entregar sus cosechas a los depósitos estatales por un precio fijo.
Según los pequeños agricultores, las nuevas reglas favorecen a los grandes grupos monopólicos, que ahora podrán imponer los precios. En los días previos a la aprobación de la reforma, el cardenal George Alencherry, arzobispo mayor de la Iglesia siro-malabar, había pedido que "no se nieguen sus derechos a los agricultores".
El primer ministro Narendra Modi defiende la iniciativa, afirmando que traerá grandes beneficios a decenas de millones de campesinos porque promueve una mayor circulación de productos agrícolas de un estado a otro y dentro de ellos. Los partidarios señalan que la legislación no desmantela el sistema de compra de arroz y granos por parte de los organismos públicos, y tampoco elimina el precio mínimo garantizado de los productos agrícolas. Sin embargo, muchos observadores consideran que los depósitos del Estado tendrán dificultades para competir con los grandes grupos en un mercado abierto.