Es la respuesta que dio el obispo de Cubao, Honesto Ongtioco a "alguien" que se ofreció a costear la vacunación de los obispos y sacerdotes. El obispo de Manila, Broderick Pabillo , se hizo eco de la declaración de Ongtioco, y dijo que los pobres merecen más atención y cuidado. "Se debe dar prioridad a los que están en primera línea y a las personas vulnerables, no a los sacerdotes".
Manila (AsiaNews) - Los obispos católicos de la Gran Manila rechazaron el ofrecimiento de la vacunación gratuita contra el Covid-19, para ceder el lugar a quienes más la necesitan: los pobres.
El obispo de Cubao, Honesto Ongtioco (en la foto) reveló que alguien se ofreció a costear la vacunación del clero, pero han decidido que primero se ayude a los sectores más vulnerables.
"Como se considera que estamos en primera línea", dijo, "... alguien ha ofrecido al NCR (National Capital Region, Región de la Capital Nacional) patrocinar la vacunación de los obispos y sacerdotes. "Agradecemos la oferta", añadió, "pero hemos dicho que nos alegraría si primero se administra la vacuna a los pobres, ya que no tienen los medios para costearla".
El obispo de Manila, Broderick Pabillo, se hizo eco de la declaración de Ongtioco, diciendo que los pobres merecen más atención y cuidado. "Se debe dar prioridad a los que están en primera línea y a las personas vulnerables, no a los sacerdotes", dijo. Y en cuanto a la arquidiócesis, el obispo dijo que la vacunación contra el Covid-19 será voluntaria en el caso de los sacerdotes. "Esta es una decisión de ellos", añadió.
Actualmente, el país está en conversaciones con varias compañías farmacéuticas para obtener la vacuna contra el Covid-19.
En el marco del programa de vacunación establecido por el gobierno nacional, se da prioridad a los trabajadores de la salud, los ancianos, los indigentes y el personal uniformado. La Conferencia de Obispos Católicos de Filipinas ha pedido al gobierno que garantice que el programa de vacunación sea accesible para todos.
Los obispos también dijeron que las vacunas producidas deben estar en línea con los principios éticos y deben ser administradas respetando las "decisiones morales" de cada persona.