La despedida de Mons. Kondrusiewicz: ‘Gracias por la solidaridad’
de Vladimir Rozanskij

Misa solemne con obispos, sacerdotes y fieles para despedir al Metropolitano de Minsk-Mogilevsk tras su dimisión. A su sucesor, Mons. Kazimierz Welikosielec, le dijo: "No tengas miedo de anunciar la Palabra con fuerza a los que tienen poder.... ¡sólo la verdad nos hará libres!".

 


Moscú (AsiaNews) – Ayer, en Minsk, tuvo lugar una fiesta de despedida del Arzobispo Metropolitano Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, cuya renuncia fue aceptada por el Papa Francisco el pasado 3 de enero.

El Arzobispo Metropolitano celebró junto con el administrador, monseñor Kazimierz Welikosielec, que asumió temporalmente sus funciones al frente de la arquidiócesis de Minsk-Mogilevsk. El arzobispo había regresado en Navidad del exilio impuesto por las autoridades. En su discurso agradeció a los fieles por la solidaridad expresada durante los difíciles cuatro meses en los que permaneció lejos de su patria y de su rebaño, y no pudo contener las lágrimas de emoción.

Kondrusiewicz aseguró que seguirá desempeñando su ministerio en Bielorrusia, junto con los demás obispos, y para celebrar la Santa Misa con el pueblo, aunque no tenga más otras funciones oficiales que las de sacerdote y obispo. Su discurso fue continuamente interrumpido por estruendosos aplausos, y muchos de los fieles unieron sus lágrimas a las del arzobispo.

El arzobispo se dirigió a su amigo y "sucesor", monseñor Welikosielec, el arzobispo con estas palabras: "Querido hermano, no tengas miedo de remar mar adentro ante los desafíos que esperan a nuestra Iglesia, los desafíos que esperan a nuestra Patria. No hay que tener miedo de profundizar en los problemas a los que nos enfrentamos, como sociedad y como personas. No tengas miedo de anunciar la Palabra con fuerza a los que tienen poder y a los que no lo tienen, a los muy instruidos y a los muy sencillos, a los ancianos y a los jóvenes, a los sanos y a los enfermos, a los que están libres y a los que no porque están en la cárcel. La gente quiere escuchar esta palabra viva de Dios que trae la verdad, ¡porque sólo la verdad nos hará libres!"

El rito reunió a una gran multitud de fieles en la Catedral del Santísimo Nombre de María, en Minsk. Numerosos obispos y sacerdotes participaron en la celebración, que fue transmitida en directo por la página web diocesana catholic.by y seguida por muchas personas. Al final de la misa, monseñor Kondrusiewicz se despidió del pueblo con una pregunta evangélica: "¿Adónde vas, Bielorrusia?".