Al menos 5.000 arrestos en las protestas de apoyo a Navalny
de Vladimir Rozanskij

Concentraciones y enfrentamientos en Moscú, San Petersburgo y decenas de otras ciudades: Krasnoyarsk, Novosibirsk, Irkutsk, Barnaul, Novokuznetsk, Vladivostok, Omsk, Ekaterimburgo, Cheliábinsk, Ufá, Samara y Perm. Durante días, la policía intentó disuadir a los posibles manifestantes. Según el P. Maksim Kozlov, del Patriarcado de Moscú, "hay una grieta en la sociedad rusa, provocada por la falta de perspectivas positivas”.

 


Moscú (AsiaNews) – Al menos 5.000 personas fueron detenidas ayer, en el marco de nuevas protestas callejeras en apoyo del líder de la oposición Alexey Navalny, encarcelado. Las manifestaciones no fueron acordadas con las autoridades y se desplegaron bajo una fuerte presión policial. En muchas ciudades, la policía impidió el desarrollo de las marchas. A las 12:30 de ayer, según OVD-Info, ya habían sido detenidas más de 600 personas en toda Rusia: más de 100 en Vladivostok, decenas en Krasnoyarsk, Novosibirsk, Irkutsk, Barnaul y Novokuznetsk, entre otras ciudades. Más de 30 personas fueron detenidas en Moscú a primera hora de la mañana.

Se multiplicaron las convocatorias en las ciudades del Extremo Oriente ruso y Siberia. En Novosibirsk, según Sibir.Realii, se manifestaron más de 4.000 personas; en Irkutsk, Thumen, Krasnoyarsk, Omsk y Vladivostok, más de 500; en otras ciudades, decenas o cientos de personas participaron de la protesta.

En Irkutsk, junto al Lago Baikal, los seguidores del Navalny celebraron su mitín completamente cercados por la policía (ver vídeo https://t.co/EQ1nUVNoXp pic.twitter.com/qqHugcYBBi) - @teamnavalny 31 de enero de 2021).

En Vladivóstok, los manifestantes se lanzaron al hielo a orillas del Océano, donde celebraron una danza en círculos, al estilo de las mujeres bielorrusas. En Ekaterimburgo hicieron lo mismo en el estanque congelado del centro de la ciudad, lo que despertó la reacción de los pescadores dominicales. También se celebraron marchas de protesta en la región de los Urales, en Ekaterimburgo, Cheliábinsk, Ufa, Samara y Perm. Se calcula que miles de personas participaron en estas ciudades. En todas estas localidades, la policía cargó contra los manifestantes y se produjeron varios arrestos. Se calcula que la participación fue mayor a la de la manifestación del 23 de enero.

Las protestas también se desplegaron en Moscú y San Petersburgo. En la capital, se cerraron siete estaciones céntricas del metro, y se bloqueó el ingreso a varios barrios del centro de la ciudad. Las autoridades decretaron el cierre de las tiendas y los bares y se prohibió la venta de bebidas alcohólicas en todas partes. Dmitry Nizovtsev, corresponsal del canal Stab, fue detenido cuando salía de su apartamento en Moscú.

En San Petersburgo, testigos presenciales informaron la presencia de uniformados en la zona céntrica, con un número sin precedentes. El tráfico estuvo cortado, incluso en los puentes y la Nevsky Prospect. Las sedes partidarias de Navalny en Moscú y San Petersburgo  trasladaron la protesta a otros lugares. La esposa de Navalny, Julia, fue detenida y poco después quedó en libertad. 

Los esfuerzos de disuasión ya habían comenzado en los días previos a las manifestaciones. Los agentes de policía, vestidos de civil, se ocuparon de tocar puerta por puerta, visitando el domicilio de las personas consideradas "de riesgo" (vigiladas a través de las redes sociales), a las que se pidió firmar un documento comprometiéndose a no acudir a las marchas. A los que se negaron a firmarlo, se les pidió firmar un acta de rechazo. El Ministerio del Interior llegó incluso a utilizar memes para disuadir a la gente de acudir a las concentraciones, con la ayuda del perro Shiba Inu Doge y del panda Chims.

Las protestas en Rusia se asemejan a las manifestaciones de la plaza Bolotnaja en 2011, que se repitieron en años posteriores, y a las protestas en Jabárovsk y Minsk que comenzaron el año pasado. Por ahora, las autoridades han adoptado una estrategia de represión selectiva: muchos activistas son registrados y detenidos preventivamente, empezando por Navalny y sus allegados. Además, las fuerzas del orden abren causas penales y administrativas contra los manifestantes y los presuntos organizadores, recurriendo a los más variados artículos del código para acusarlos.

El 27 de enero pasado, el arcipreste Maksim Kozlov, miembro del Consejo Eclesiástico Supremo del Patriarcado de Moscú, participó en el programa "Un nuevo día" del canal de televisión Spas. Admitió que "hay una grieta en la sociedad rusa, causada por la falta de perspectivas positivas". Añadió que las protestas "han dejado en claro algo importante: han revelado que, en gran medida, la naturaleza monolítica de la sociedad rusa es una ilusión". Creo que no todo el mundo en Rusia está contento con el actual clima sociopolítico". El arcipreste señaló que la pandemia y las restricciones relacionadas con ella han influido en la mentalidad de la gente. Sin embargo, lo principal es la ausencia de "un proyecto positivo claro" para Rusia, y "los jóvenes viven este sentimiento con mayor intensidad". El representante del patriarcado instó a los partidarios de las distintas opiniones a no ceder al odio mutuo. Y expresó el deseo de que Rusia no haya cruzado aún el umbral después del  cual "la resolución pacífica de los conflictos se vuelva imposible".