El arzobispo de Rangún y presidente de la Conferencia Episcopal birmana, pide a todos que eviten la violencia porque "ya hemos derramado mucha sangre". El golpe de Estado es el resultado de una falta de comunicación. Por ello, el ejército y el partido de Aung San Suu Kyi deben reanudar la vía del diálogo. A la comunidad internacional: no impongan sanciones, creando millones de pobres. El camino de la reconciliación es el único viable.
Rangún (AsiaNews) - "La paz es posible; la paz es el único camino; la democracia es la única luz para este camino": así concluye el mensaje que el Card. Charles Maung Bo, arzobispo de Rangún y presidente de los obispos birmanos, publicó hace pocas horas en la página web de su arquidiócesis. En el mensaje se dirige "al pueblo de Myanmar" y "a nuestras comunidades internacionales" y expresa juicios y sugerencias sobre los acontecimientos que están ocurriendo en los últimos días en el país. Calificando como una "oscuridad temporal" (o "periódica") lo que está ocurriendo -el golpe de Estado perpetrado por los militares-, pide al pueblo de Myanmar que "mantenga la calma" y no se vuelva "víctima de la violencia", porque "ya hemos derramado mucha sangre".
Él subraya que lo ocurrido -la toma del poder por el ejército, el arresto de líderes democráticos, el estado de emergencia por un año, la promesa de nuevas elecciones- son "el resultado de una triste falta de diálogo y comunicación" entre dos formas de ver la sociedad.
El ejército acusa a la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Aung San Suu Kyi, de haber ganado las elecciones de forma fraudulenta. Por ello, dirigiéndose al "general y a la familia del Tatwadaw (ejército)" con delicadeza, les pide que resuelvan los problemas surgidos "mediante el diálogo" y no con un golpe de Estado. Junto con la liberación de los presos, esta es la forma de "demostrar que aman al pueblo".
El purpurado también tiene palabras muy tiernas para con el movimiento democrático y Aung San Suu Kyi. Sin embargo, el card. Bo también le pide a ella que "escuche a los demás" y corrija esta "falta de diálogo".
En el último punto de la misiva se dirige a la comunidad internacional. El card. Bo, quien también es presidente de la Federación de Obispos Asiáticos (FABC), pide ser muy cautelosos con los juicios y las sanciones. Hasta ahora -dice- las sanciones han sido "una gran bendición para las superpotencias que pretenden hacerse de nuestros recursos". Por ello, pide a la comunidad internacional que "comprenda a Myanmar, su historia y su economía política". Las sanciones corren el riesgo de hundir la economía y dejar a millones de personas sumidas en la pobreza. La única manera", concluye, "es comprometer a los actores [del conflicto] con la reconciliación".
Publicamos a continuación el texto completo del Mensaje (traducido al español por AsiaNews).
Mensaje del card. Charles Maung Bo al pueblo de Myanmar y a nuestras comunidades internacionales
3 de Febrero de 2021
Queridos amigos:
Escribo estas notas como líder espiritual que comparte los sentimientos de millones de personas en este momento. Me dirijo a mi querido pueblo, a los líderes civiles, al Tatmadaw (el Ejército de Myanmar) y a la comunidad internacional. He visto con tristeza los momentos oscuros de nuestra historia y he observado con esperanza la resistencia de nuestro pueblo en su lucha por la dignidad. Estamos atravesando los tiempos más difíciles de nuestra historia. Escribo con amor para todos, buscando una solución duradera, rezando por el fin definitivo del período de tinieblas que envuelve a nuestra querida nación.
1. A mi querido pueblo de Myanmar
Quiero compartir mi profunda cercanía con todos ustedes en este momento en el que se enfrentan a los inesperados e impactantes acontecimientos que están teniendo lugar en nuestro país. Hago un llamamiento a todos y cada uno de ustedes: les pido que conserven la calma y que nunca se dejen llevar por la violencia. Ya hemos derramado demasiada sangre. No permitamos que se derrame más sangre en esta tierra. Incluso en estos momentos difíciles, creo que la paz es el único camino, que la paz es posible. Siempre hay formas no violentas de expresar nuestra protesta. Los acontecimientos que están ocurriendo son el resultado de una triste falta de diálogo y comunicación y de un choque entre visiones diferentes. No permitamos que el odio avance en este momento en que luchamos por la dignidad y la verdad. Hagamos que todos los líderes comunitarios y religiosos recen y animen a las comunidades para dar una respuesta pacífica a estos acontecimientos. Recemos por todos, recemos por todo y evitemos las ocasiones para la provocación.
Vivimos en una época marcada por la pandemia. Nuestros valientes trabajadores de la Salud han salvado a muchas personas humildes. Entendemos su dolor. Algunos han renunciado en señal de protesta, pero les imploro: no abandonen a su pueblo que está pasando necesidades en esta hora.
2. A nuestro General del Tatmadaw y a la familia del Tatmadaw
El mundo ha reaccionado con conmoción y angustia ante lo ocurrido. Cuando en 2015 el ejército condujo la transición pacífica hacia un gobierno electo, este comportamiento se ganó la admiración del mundo. Hoy en día, el mundo está tratando de entender qué fue lo que falló en los años que vinieron después. ¿Fue una falta de diálogo entre las autoridades civiles elegidas y el Tatmadaw?
Ya hemos visto tanto sufrimiento en los conflictos. Siete décadas de derramamiento de sangre y uso de la violencia no han servido de nada. Todos ustedes prometieron paz y una auténtica democracia. La democracia ha sido el camino de la esperanza para resolver los problemas de esta nación, que supo ser rica. Esta vez, millones de personas votaron por la democracia. Nuestro pueblo cree en una transición pacífica del poder.
Ahora el Tatmadaw ha tomado el control unilateralmente. Esto ha conmocionado al mundo y al pueblo de Myanmar. Las denuncias de irregularidades en la votación podrían haberse resuelto mediante el diálogo, con la presencia de observadores neutrales. Se perdió una gran oportunidad. Muchos líderes mundiales han condenado y condenarán esta escandalosa medida.
Ahora ustedes prometen una mayor democracia, luego de una investigación y tras nuevas elecciones. El pueblo de Myanmar está cansado de promesas. Nunca aceptará acusaciones falsas. Ustedes también prometen celebrar elecciones abiertas a muchos partidos de aquí a un año. ¿Cómo van a ganarse la confianza de nuestro pueblo? Sólo confiarán en ustedes cuando las palabras vayan acompañadas de acciones sinceras.
Hay que comprender su angustia y su decepción. Sus acciones deben demostrar que ustedes los aman y se preocupan por ellos. Una vez más les ruego: trátenlos con mucha dignidad y paz. Que no haya violencia contra nuestro querido pueblo de Myanmar.
Por desgracia, los representantes elegidos por nuestro pueblo que pertenecen a la LND están detenidos. Y la misma suerte corren los escritores, activistas y jóvenes. Le pido: respeten sus derechos y libérenlos cuanto antes. No son prisioneros de guerra: son prisioneros de un proceso democrático. Ustedes prometieron la democracia; comiencen por liberarlos. El mundo comprenderá.
3. A Aung San Suu Kyi, al presidente U Win Myint y a todos nuestros queridos líderes
Queridos líderes de la LND, se encuentran en esta nueva prueba en su interminable lucha por traer la democracia a esta nación. El curso inesperado de los acontecimientos los ha convertido en prisioneros. Rezamos por ustedes y pedimos a todas las partes implicadas su liberación lo antes posible.
Querida Aung San Suu Kyi, viviste por nuestro pueblo, sacrificaste tu vida por nuestro pueblo. Siempre serás la voz de nuestro pueblo. Estos son periódicos dolorosos. Has conocido la oscuridad y has conocido la luz en esta nación. No sólo eres la hija predilecta del padre de la nación, el general Aung San. Eres Amay Suu (la Madre Suu, ndr) para esta nación. La verdad triunfará. Dios es el último árbitro de la verdad. Pero Dios espera. En este momento te ofrezco mi cercanía personal en tu calvario y rezo para que vuelvas a caminar en medio de tu pueblo, levantando su espíritu.
Al mismo tiempo, quiero reiterar que este incidente se produjo por la falta de diálogo y comunicación y la falta de reconocimiento mutuo entre las partes. Por favor, escucha a los demás.
4. A la comunidad internacional
Les agradecemos su preocupación y apreciamos su conmoción. Agradecemos su acompañamiento compasivo en estos momentos. Esto es muy importante.
Pero la historia ha demostrado dolorosamente que las conclusiones precipitadas y los juicios definitivos no benefician a nuestro pueblo. Las sanciones y las condenas darían escasos resultados, más bien cerrarían las puertas y harían imposible el diálogo. Estas duras medidas han beneficiado mucho a las superpotencias que han puesto sus ojos en nuestros recursos. Les imploramos: no obligue a las personas implicadas a comerciar con nuestra soberanía. La comunidad internacional debe aceptar la realidad comprendiendo bien la historia y la política económica de Myanmar. Las sanciones corren el riesgo de colapsar la economía, arrojando a millones de personas en la pobreza. Involucrar a las partes en la reconciliación es la única manera de avanzar.
Lo que ha sucedido es doloroso. Ha destruido a nuestro pueblo. Escribo esto con el deseo de brindarles consuelo. No escribo como político. Creo que todos los implicados en este país desean lo mejor para nuestro pueblo. Escribo con la oración y la esperanza de que esta gran nación, esta tierra dorada de un pueblo excelente, entre en la escena mundial como una comunidad reconciliada de paz y esperanza. Resolvamos nuestras disputas mediante el diálogo.
La paz es posible. La paz es el único camino. La democracia es la única luz para este camino.
Cardenal Charles Maung Bo
Arzobispo de Rangún, Myanmar
Presidente de la Conferencia de obispos de Myanmar
Presidente de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia (FABC)
Patrono de Religions for Peace Myanmar y pro-Presidente de Religions for Peace International