Papa: Ser testigos de la ternura sanadora de Dios. Oración en silencio por Myanmar

"Desde el principio... Jesús muestra su predilección por las personas que sufren". Para la Iglesia, "el cuidado de los enfermos... es parte integrante de su misión". Llamamiento pidiendo canales preferenciales para los menores de edad que migran. Preocupación por el invierno demográfico en Italia. El Día Mundial contra la trata de personas.

 

 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - “Dejar que Jesús nos sane… para que podamos ser testigos de la ternura sanadora de Dios”: esta fue la oración del Papa Francisco a la Virgen María, al término de su reflexión antes del Ángelus de hoy. Inmediatamente después, el pontífice expresó su “solidaridad con el pueblo de Myanmar” y pidió a todos orar en silencio por esta intención. 

El Papa Francisco habló desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico; unas 100 personas se reunieron en la plaza. Durante mucho tiempo, a causa de la pandemia, el Papa rezó el Ángelus en la biblioteca del palacio apostólico.

La oración mariana de hoy nos recuerda que faltan pocos días para la Jornada Mundial del Enfermo - instituida por San Juan Pablo II en 1992 - que se celebra el 11 de febrero, memoria de la Virgen de Lourdes.

Siguiendo el hilo del Evangelio de hoy (Marcos 1,29-39), que narra las primeras curaciones de Jesús (la de la suegra de Pedro y la de numerosos enfermos en Cafarnaúm), el pontífice subrayó: "Desde el principio, Jesús muestra su predilección por las personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu: es la predilección del Padre, que él encarna y manifiesta con obras y palabras. Sus discípulos fueron testigos presenciales de ello. Pero Jesús no quiso que fueran meros espectadores de su misión: los hizo partícipes de ella, los envió y también les dio el poder de curar a los enfermos y expulsar a los demonios".

“Cuidar de los enfermos de todo tipo no es para la Iglesia una “actividad opcional”, algo accesorio, sino que forma parte integrante de su misión, como lo era para Jesús: llevar la ternura de Dios a la humanidad sufriente”.

Luego, al referirse a la situación actual de la pandemia y a la primera lectura de la misa, tomada del libro de Job (7,1-4.6-7), el Papa dijo que “Job… se hace intérprete de nuestra condición humana, tan elevada en su dignidad, y al mismo tiempo tan frágil. Frente a esta realidad, siempre surge en el corazón una pregunta: ¿por qué?”. 

La respuesta es: “Jesús, el Verbo encarnado, responde no con una explicación, sino con una presencia amorosa que se inclina, que nos toma de la mano y nos levanta, como hizo con la suegra de Pedro (cfr Mc 1,31). El Hijo de Dios manifiesta su Señorío no “desde lo alto, hacia abajo”, sino inclinándose, tendiendo la mano; no desde la distancia, sino con la cercanía, con la ternura y la compasión”.

“Esta compasión” - agregó - “hunde sus raíces en una relación de intimidad con el Padre: antes del alba y al caer el sol, Jesús se apartaba y se quedaba solo, rezando (v. 35)”.

Luego de la oración mariana, Francisco expresó su "profunda preocupación" por la situación actual en Myanmar -tras el golpe militar. El pontífice dijo que “guarda mucho cariño” por esa tierra luego de su visita al país en 2017. Prometió su "cercanía espiritual", su oración y su "solidaridad con el pueblo de Myanmar" y pidió a "los responsables" que se pongan "al servicio del bien común y de la armonía de la nación". Inmediatamente después, invitó a los presentes a rezar en silencio por esta intención. 

Tras su llamamiento en favor de los menores migrantes, para que a estas "personas frágiles e indefensas no les falte la ayuda de los canales preferenciales", el papa recordó que hoy se celebra en Italia la Jornada de la Vida, que este año tiene como lema "Libertad y Vida". El pontífice, tras expresar su apoyo a los obispos italianos, añadió que una de sus mayores preocupaciones es que "en Italia, la natalidad ha bajado y el futuro está en peligro. Asumamos esta preocupación y procuremos que este invierno demográfico se acabe y florezca una nueva primavera [poblada] de niños y niñas”. 

Por último, Francisco recordó que mañana, en el día de la memoria de Santa Josefina Bakhita, se celebra el Día Mundial contra la Trata de Personas. El Pontífice expresó el deseo de que la economía "no favorezca ni siquiera indirectamente este tráfico innoble", y reiteró que debemos considerar al ser humano, a la persona "como un fin, y no como un medio, una mercancía".