Viceministro de Asuntos Exteriores de Lituania: Europa necesita tener una política común para cooperar con los chinos. El fracaso de la cumbre 17+1: Xi Jinping no cumplió sus promesas en materia de inversiones. Alemania y Francia mantienen la cautela. Inteligencia estonia: China quiere un mundo "silenciado" bajo su dominio.
Roma (AsiaNews) - "Estamos reconsiderando nuestro enfoque respecto a China. Lituania quiere promover la cooperación con Beijing, basada en el respeto a los derechos humanos, la democracia y el Estado de Derecho". En declaraciones a AsiaNews, el viceministro lituano de Asuntos Exteriores, Egidijus Meilūnas, dejó claro los límites dentro de los cuales Vilnius pretende dialogar con los chinos: una posición más "desencantada" que en el pasado reciente, que comparte un creciente número de naciones europeas.
Cada vez más países de Europa del Este, cortejados por China como socios de las nuevas Rutas de la Seda (la Belt and Road Initiative), se distancian del gigante asiático. En la cumbre anual del grupo 17+1, que se celebró de forma virtual el 9 de febrero, seis Estados miembros de la UE (Lituania, Letonia, Estonia, Eslovenia, Rumania y Bulgaria) asistieron con ministros de segundo rango: una afrenta para Xi Jinping, según varios analistas. El 17+1 está formado por China y 16 países de Europa Central y Oriental, de los cuales 12 pertenecen a la UE.
A pesar de las promesas de Xi de aumentar las importaciones de alimentos de la región, simplificar los controles aduaneros y poner a disposición la vacuna china contra el coronavirus, la mayoría de las naciones europeas del 17+1 están insatisfechas con las relaciones con Beijing. Señalan que, lejos de aumentar, la inversión china ha disminuido, y el déficit comercial con el socio asiático ha aumentado. El China Global Investment Tracker calculó que el año pasado la inversión china en la Belt and Road se detuvo en 46.500 millones de dólares: en 2019 fue de 103.000 millones; en 2018, 117.000 millones.
Meilūnas explica que su gobierno está trabajando para que la UE desarrolle una estrategia común para gestionar las relaciones con China. Subraya que los lazos económicos con Beijing deben basarse en el respeto al sistema de valores y normas surgido a nivel mundial después de 1945: un punto que para Vilnius debe ser prioritario en la agenda europea.
El problema del esquema sugerido por Meilūnas es que la UE sigue dividida sobre cómo afrontar el desafío geopolítico de China. A pesar de los llamamientos de Joe Biden mientras esperaba tomar posesión de su cargo en la Casa Blanca, la Unión llegó a un importante acuerdo de inversiones con China el 30 de diciembre. Como se destacó en una reciente entrevista con Apple Daily, para la eurodiputada eslovaca Miriam Lexmann, sin un compromiso firme de los chinos en materia de derechos humanos, el pacto corre el riesgo de no ser ratificado por el Parlamento de la UE.
Alemania y Francia han apoyado firmemente el acuerdo comercial con Beijing. Berlín, para proteger a las empresas nacionales; Emmanuel Macron, para dar consistencia a esa "autonomía estratégica" respecto a Washington que invoca para la UE. Por ello, son los países pequeños - como la República Checa y las repúblicas bálticas - los que reclaman un enfoque más duro respecto a China, motivados sin duda por la presión de los Estados Unidos.
La inteligencia estonia ha sido lapidaria en este tema. En su informe anual, publicado el 17 de febrero, los agentes de Tallin denunciaron los intentos chinos de crear una "brecha" entre Estados Unidos y Europa. Para los estonios, el Partido Comunista Chino quiere un "mundo silenciado", dominado por China y "dependiente de [su] tecnología".