La Congregación para las Iglesias Orientales recuerda que los cristianos de la región han sufrido la pérdida de su trabajo debido a la ausencia de peregrinos, y la consiguiente dificultad para vivir dignamente y mantener a sus familias e hijos.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - La pandemia supuso que 2020 haya sido especialmente difícil para Jerusalén. Tierra Santa y los cristianos que allí residen necesitan más que nunca el apoyo de la comunidad católica para afrontar el 2021, afirma la carta de la Congregación para las Iglesias orientales publicada hoy para recordar la Colecta “Pro Terra Sancta” del Viernes Santo.
El documento, firmado por el cardenal Leonardo Sandri y Mons. Giorgio Demetrio Gallaro, prefecto y secretario del dicasterio, señala que “en 2020 los cristianos de esas tierras sufrieron un aislamiento que los hizo sentir aún más distantes, alejados del contacto vital con sus hermanos provenientes de distintos países del mundo. Han sufrido la pérdida de su trabajo debido a la ausencia de peregrinos, y la consecuente dificultad para vivir con dignidad y mantener a sus familias e hijos. En muchos países la persistencia de la guerra y las sanciones han agravado los efectos de la pandemia. También han disminuido en parte las ayudas económicas que la colecta pro Terra Sancta garantizaba cada año, debido a las dificultades para llevarla a cabo en muchos países en 2020”.
“Que la colecta pro Terra Sancta 2021 sea para todos - continúa la carta - una oportunidad para no mirar hacia otro lado, para no pasar de largo, para no ignorar las situaciones de necesidad y dificultad de nuestros hermanos y hermanas que viven en los lugares Santos. Si no se cumple este pequeño gesto de solidaridad y de compartir (San Pablo y San Francisco de Asís lo llamarían de 'restitución') será aún más difícil para muchos cristianos de esas tierras resistir la tentación de salir de su país y será muy duro sostener a las parroquias en su misión pastoral así como continuar la labor educativa a través de las escuelas cristianas y el compromiso social en favor de los pobres y los que sufren”.
“El sufrimiento de las numerosas personas desplazadas y refugiadas que se vieron obligadas a abandonar sus hogares a causa de la guerra necesita una mano tendida y amiga que derrame el bálsamo del consuelo sobre sus heridas. Por último, no podemos renunciar al cuidado de los Santos Lugares, que son el testimonio concreto del misterio de la Encarnación del Hijo de Dios y de la ofrenda de su vida hecha por amor a nosotros y por nuestra salvación. En este difícil escenario, caracterizado por la ausencia de peregrinos, siento el deber de hacer mías una vez más las palabras que el Apóstol de los Gentiles dirigió a los Corintios hace dos mil años, invitándolos a una solidaridad que no se basa en motivaciones filantrópicas sino cristológicas: “Ya conocen la generosidad de Cristo Jesús, nuestro Señor, que, siendo rico, se hizo pobre por ustedes para que su pobreza los hiciera ricos” (2 Co 8, 9). Y tras recordar el principio de igualdad, solidaridad e intercambio de bienes materiales y espirituales, el Apóstol añade, hoy como entonces, palabras elocuentes y que no necesitan comentario: “Miren, el que siembra con mezquindad, con mezquindad cosechará, y que siembra sin calcular, cosechará también fuera de cálculo. Cada uno dé según lo que decidió personalmente, y no de mala gana o a la fuerza, pues Dios ama al que da con corazón alegre. Y poderoso es Dios para bendecirles de mil maneras, de modo que nunca les falte nada y puedan al mismo tiempo cooperar en toda obra buena (2 Co 9, 6-8)".
La Congregación recuerda luego que la "Colecta para Tierra Santa" nace por la voluntad de los Papas de mantener un fuerte vínculo entre todos los cristianos del mundo y los Santos Lugares. Es la principal fuente de sustento de la vida en torno a los Santos Lugares y el instrumento que la Iglesia ha creado para acompañar a las comunidades eclesiales de Oriente Medio. En tiempos más recientes el Papa Pablo VI, con la Exhortación Apostólica 'Nobis in Animo' (25 de marzo de 1974), dio un impulso decisivo a favor de Tierra Santa".
"La Custodia Franciscana por medio de la Colecta puede apoyar y llevar a cabo la importante misión a la que está llamada: custodiar los Santos Lugares, las piedras de la memoria, y favorecer la presencia cristiana, las piedras vivas de Tierra Santa, a través de muchas obras de solidaridad, como sostener estructuras pastorales, educativas, asistenciales, sanitarias y sociales. Los territorios que se benefician de diversas formas de la ayuda de la Colecta son los siguientes: Jerusalén, Palestina, Israel, Jordania, Chipre, Siria, Líbano, Egipto, Etiopía, Eritrea, Turquía, Irán e Irak.
Por regla general, la Custodia de Tierra Santa recibe el 65% de la Colecta, mientras que el 35% restante va a la Congregación para las Iglesias Orientales, que lo utiliza para la formación de los candidatos al sacerdocio, para sostener el clero, las escuelas, la vida cultural y para subvencionar las distintas circunscripciones eclesiásticas de Oriente Medio. En 2020, la Colecta recibió 7.165.603,58 dólares.
El año pasado también se destinó dinero a un fondo de emergencia para Covid, gracias a la colaboración de diversas agencias de la ROACO (Reunión de Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales) se financiaron 303 proyectos en 24 países de competencia del Dicasterio, sin contar los proyectos de apoyo a sacerdotes y religiosos, por un total de US $ 9.574.907,74 dólares”.