Fiesta de Qingming: ordenan erradicar el ritual de quemar billetes por los muertos; contamina el ambiente

La medida enfurece a la población, que acusa a las autoridades de pretender erradicar la cultura tradicional. Los fuegos artificiales y las cremaciones también están prohibidos en algunas ciudades. Xi Jinping utiliza el respeto de la tradición china como un ardid para reforzar el control social del régimen.


Beijing (AsiaNews) – Algunas ciudades chinas decidieron prohibir el ritual de la quema de "billetes funerarios" con motivo del Qingming, la "fiesta de la limpieza de las tumbas", que se celebra el 4 de abril en honor de los antepasados.

Algunos municipios -especialmente los del norte del país- quieren limitar esta práctica ancestral por considerarla peligrosa para la seguridad pública y perjudicial para el medio ambiente. Según el Ministerio de Gestión de Emergencias, el 97% de los incendios que se produjeron en los bosques entre 2010 y 2019 fueron de origen humano, y la mayoría fueron provocados por los rituales tradicionales. Recientemente, las autoridades de Harbin (Heilongjiang) prohibieron la producción del "papel fantasma" utilizado para el Qingming, prometiendo castigos para los vendedores.

Lo paradójico es que hace tan sólo una década, las autoridades chinas reconocieron el Qingming como fiesta nacional, en un intento de preservar las tradiciones entre las nuevas generaciones. Como si esto fuera poco, el 22 de marzo Xi Jinping dijo que "el Partido Comunista Chino debe mirar a las raíces culturales de China para forjar el futuro": según los expertos, el presidente chino está jugando la carta de la tradición confuciana para proteger al régimen de las presiones externas.

La prohibición del Qingming desencadenó protestas de muchos ciudadanos, que acusan a los gobiernos locales de querer "matar la cultura tradicional". Para los chinos, quemar billetes votivos durante los funerales u otras ceremonias es una forma de comunicarse con el más allá.

En el último periodo, las autoridades han apuntado a otras costumbres consideradas contaminantes, como disparar fuegos artificiales en las fiestas tradicionales, cremar a los muertos en lugar de enterrarlos y celebrar bodas y funerales fastuosos. Según varios comentaristas, estas prohibiciones son expresión de una pésima administración y no conseguirán los resultados deseados.

En 2019, el gobierno central publicó algunas directrices para cambiar los hábitos y costumbres en las zonas rurales. El objetivo declarado de las autoridades es crear un mecanismo de "gestión del comportamiento social" para el 2022-2024. La búsqueda del control social es un rasgo distintivo del régimen de Xi. Para conseguirlo, debe caminar sobre una cuerda tensa: equilibrar la promoción de las tradiciones y el rechazo de las mismas.