El Vía Crucis de los jóvenes tamiles y cingaleses para fortalecer la fe y la unidad
de Melani Manel Perera

En memoria de Jesús camino all Calvario realizaron el largo y exigente trayecto que separa la parroquia de Welimada de la plantación Keklis. Hermana Grace: Una manera de "compartir los sufrimientos y el dolor". El programa Supatha también incluye iniciativas para los niños, como clases extraescolares de inglés y matemática.

 


Colombo (AsiaNews) - Jóvenes tamiles que trabajan en las plantaciones de té y coetáneos cingaleses de la parroquia de Welimada realizaron ayer el "Via Crucis" anual meditando sobre los sufrimientos que padeció Jesús, con el objetivo de fortalecer la fe y reforzar la unidad. Haciendo referencia a la experiencia de Cristo cuando recorrió el camino hacia el Monte Calvario, los jóvenes hicieron juntos el largo y exigente camino que separa la iglesia parroquial de Welimada, en la diócesis de Badulla, de la plantación Keklis (ver foto).

La hermana Grace Fernando, de las Hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret, señaló que los jóvenes "querían salir la parroquia y experimentar la libertad, al mismo tiempo que entraban en una nueva dimensión espiritual". La elección de la plantación tampoco es casual, porque está muy lejos de la parroquia y solo se puede acceder a ella a través de un camino sinuoso, largo y exigente. "Una manera - continuó - de compartir por lo menos en parte los sufrimientos y el dolor de Jesús al subir al monte Calvario" el día de su muerte en la cruz.

La religiosa junto con la hermana Shaneli de su misma congregación y el párroco, expresaron la gran satisfacción de los responsables de la Iglesia local por la gran participación de los jóvenes, cingaleses y tamiles, pertenecientes al grupo juvenil de la Sagrada Familia "Supatha". “Meditaron sobre la traición a Jesús - dice - sobre las terribles torturas y humillaciones que enfrentó en su camino al Calvario. A través de los sufrimientos de Cristo, estos jóvenes pudieron reflexionar sobre los problemas cotidianos que enfrentan en las plantaciones de té donde trabajan y viven”.

En la primera estación, sigue diciendo la religiosa, “meditamos sobre las cruces que debemos llevar en nuestra vida y las de los demás que debemos hacer nuestras. A veces nos convertimos en cruces para nuestros padres cuando vivimos de manera equivocada”. En la tercera hablamos sobre cómo podemos “poner a otros de rodillas con nuestras palabras y nuestras acciones”. Y cuando “no intentamos levantarlos, sino que los mantenemos em el suelo donde cayeron”.

Los jóvenes construyeron un altar para la celebración de la Misa con ramas de árboles y otros trozos de madera. Un trabajo, dice la hermana Grace, "hermosísimo". Los padres de los jóvenes del “Kelis Estate” se unieron y contribuyeron “cocinando para nosotros y preparando el almuerzo”. El grupo de jóvenes Supatha es bastante nuevo y sus miembros tienen un gran interés y deseo de hacerlo crecer. Es un camino que comenzó el año pasado después que recibieron el sacramento de la Confirmación.

El programa Supatha tiene como objetivo construir relaciones entre los jóvenes, aunque también incluye proyectos dedicados a los más pequeños, como clases de inglés y matemática después de la escuela. “Al final del día - concluye la hermana Grace, asisten a misa y vuelven felices a su casa”.